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La cesión gratuita a la SGAE del Palacio de Boadilla del Monte llega a la Unesco



    Los vecinos de Boadilla del Monte (Madrid) no están dispuestos a que el regalo que su ex alcalde, Arturo González Panero, imputado en la Operación Gürtel, hizo a la SGAE se convierta en un centro de su uso exclusivo. Por ello, llevan un mes recopilando firmas y ya han presentado 3.000 ante la Unesco, el Parlamento Europeo y el Defensor del Pueblo, además del Ayuntamiento de la localidad, el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid. Pero el volumen de firmas contrarias a ese acuerdo va en aumento y tras la manifestación de este fin de semana han logrado recabar casi otras 2.000 más.

    "No nos vamos a quedar callados, enviaremos firmas de manera periódica y no descartamos ir a los tribunales para evitar este disparate" explica Paloma Olmedo, presidenta de la Asociación Amigos del Palacio.

    Los vecinos se apoyan en una resolución de 2003 que ganaron contra la cesión del Palacio al Ministerio de Defensa y que textualmente decía que "sólo se permiten actuaciones encaminadas a su conservación, de los valores que contienen y a la restauración de aquellos que se hubieran degradado prohibiéndose específicamente, las actuaciones de segregación, aumento de volumen o de ocupación y labores que no sean de mantenimiento, consolidación y recuperación de cerramientos, elementos auxiliares y mobiliario".

    Además, al ser un bien de interés cultural, el Palacio está protegido por la Ley de Patrimonio Histórico Nacional. Precisamente, en el proyecto que presentó la SGAE, aparece la construcción, dentro del conjunto monumental, de residencias para becarios y profesores, auditorio, biblioteca auditorio al aire libre... que pasarán a ocupar más de 1.500 metros cuadrados. "¡No se puede hacer!" exclama Olmedo. "El Palacio fue comprado por el Ayuntamiento para darle un uso público y cultural, y la SGAE es una entidad privada y el uso que pretende darle es para oficinas privadas sin ofrecer a lo vecinos ninguna contraprestación" sentencia.

    En definitiva, no quieren que los espléndidos salones se conviertan en despachos de administrativos, ni la preciosa capilla en un escenario para grabar series, como ya está ocurriendo, en referencia a las grabaciones que ya realiza Globomedia, controlada por el productor Jaume Roures.

    Por ello, los vecinos no pararán hasta lograr la anulación del convenio y la cesión del Palacio a la SGAE, su restauración rigurosa y urgente y que sea destinado a un uso cultural en beneficio de los ciudadanos.

    En esta localidad madrileña reina desde hace días cierto optimismo, porque, según dicen, hay rumores que aseguran que la SGAE se está cansando de toda la polémica y se plantea dejar el Palacio. La entidad de los autores lo niega, sin embargo, tajantemente. "Es falso", asegura.