Ciencia

Los guapos son de derechas, según un estudio

    Imagen: Dreamstime.

    Patricia C. Serrano

    Frente a las prolijas investigaciones acerca de la influencia de aspectos culturales, sociales y económicos en cómo se gesta la inclinación política de una persona, no se había considerado su atractivo físico como factor para generar una ideología concreta. ¿Ser guapos o feos determina a qué partido acabaremos votando? Sorprendentemente, y según los investigadores Rolfe D. Peterson y Carl L. Palmer, la respuesta es afirmativa.

    En la investigación recientemente publicada bajo el título de "Los efectos del atractivo físico en la ideología política" ("The Effectos of Physical Attractiveness on Political Beliefs"), los sociólogos han demostrado que no es un asunto superficial la consideración de la apariencia física en la política. Lejos de poner la lupa en la relación entre el atractivo de los candidatos y la percepción de sus votantes, una cuestión ampliamente abordada -el poderío físico de un político suele influir en votantes con menor formación y nivel socioeconómico bajo-, Peterson y Palmer han estudiado el propio aspecto físico de un individuo como elemento de configuración de creencias políticas. 

    En su investigación, parten de la base del aspecto demostrado en numerosos experimentos de que el atractivo personal afecta a modo en que se es tratado por otros individuos, y en las características que les son atribuidas a una persona, sólo con la primera impresión. Así, las personas bellas suelen ser mejor tratadas por los otros, más atendidas y tenidas en cuenta, y se les suelen atribuir rasgos positivos como la inteligencia, la eficiencia y la tendencia a lograr el éxito. Esto sucede desde la infancia, ya que incluso los padres tratan a los niños de modo diferente dependiendo de su belleza: tanto los progenitores como los extraños se comportan de un modo más cálido con los niños guapos, según varios estudios realizados entre los años 70 y 90 que cita esta investigación. Es decir, el atractivo físico es capaz de condicionar las interacciones sociales entre personas, ya sean niños o adultos. 

    Las ventajas de ser guapo

    Estos patrones de tratamiento positivo influyen en la personalidad de los individuos atractivos, que crecen con mayor confianza, siendo más extrovertidos, felices, sanos y hábiles socialmente. No son éstas las únicas ventajas, como hacen constar Peterson y Palmer. "Los estudiantes más atractivos consiguen mejores notas en el instituto, acumulan más logros educativos y pasan más tiempo formándose", afirman. El estudio se refiere al concepto de "bonus de belleza", que impulsa a la persona en sus logros durante su período educativo pero también como trabajador, posteriormente. "A este bonus de belleza se le atribuye el aumento en la confianza y las habilidades de comunicación del individuo", señalan los sociólogos. 

    El trabajo de los investigadores demuestra que, dado que la apariencia física afecta a las experiencias de vida y socialización, también tiene consecuencias en los valores políticos y la visión del mundo del individuo. Peterson y Palmer sostienen que las personas guapas reciben un trato diferenciado con respecto a las menos agraciadas: cuentan con más facilidad y ayuda en las interacciones sociales y son más propensas a alcanzar el éxito en sus vidas. Y, como en un efecto de bucle, al ser tratados los individuos más atractivos como si fueran más capaces o exitosos, estos acaban asimilando estas sensaciones y se comportan como si, efectivamente, lo fueran. 

    Esta facilidad en las relaciones con los otros, y el beneficio que implica recibir más atención y ser considerado más capaz, provoca que los más atractivos desarrollen una visión con un "punto ciego". Éste les impide reconocer los desafíos a los que los demás se enfrentan en la vida y les conduce a obviar la necesidad de mayor apoyo gubernamental o ayuda para asuntos sociales. Precisamente éste es uno de los principios de la doctrina demócrata, que produce la repulsa de la ideología conservadora. "Sin haberse enfrentado a los desafíos comunes para otros ciudadanos, los individuos más atractivos apoyan en menor medida remediar estos problemas que afectan a la sociedad en general". 

    Los investigadores lo tienen claro y no dudan en relacionar la belleza con una ideología de derechas: "Los individuos atractivos se enfrentan a menos obstáculos a la hora de moverse en el mundo. Consecuentemente, es de esperar que sean más propensos a a identificarse como conservadores y, por tanto, con mayor vínculo con el Partido Republicano", sostienen. 

    Conclusión: los guapos son de derechas. Y si en este momento está pensando en Rajoy o en Rafael Hernando, no se envalentone y piense que siempre hay alguna excepción para confirmar la regla.