Las flores y las mariposas ya no salen a la vez por culpa del cambio climático
- Las altas temperaturas y las bajas lluvias provocan una descoordinación
- Tras un estudio realizado durante 17 años
Europa Press
Las flores y las mariposas ya no salen al mismo tiempo como consecuencia del cambio climático, según han determinado investigadores del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf), el Museo de Ciencias Naturales de Granollers (MCNG) y la Universidad de las Islas Baleares tras 17 años de estudio de la interacción de ambos.
La conclusión del estudio afirma que el calentamiento global está empeorando la sequía del Mediterráneo y ello repercute en la interacción flor-mariposa, mientras que las altas temperaturas y las bajas lluvias provocan una descoordinación entre la época de floración y la época de vuelo de las mariposas, ha informado Creaf este lunes en un comunicado.
Los momentos de máxima floración y de abundancia de las mariposas se separa una media de 70 días y aumentan en los años de sequía pronunciada. Esta pérdida de sincronía afecta negativamente tanto a las mariposas, que tienen más dificultades para encontrar alimento, como a las plantas, que pierden polinizadores potenciales.
El estudio, publicado en la revista Oikos, afirma que la sequía afecta a todas las mariposas adultas, ya sean generalistas o especialistas para una planta concreta, y recuerda que la dependencia más fuerte entre plantas y mariposas se da durante la fase de oruga, por eso, la falta de sincronía en esta fase podría ser la más importante.
Las mariposas son más bien generalistas en cuanto a las especies de flores que visitan para obtener néctar -pueden visitar más de un tipo de flor-, pero en cambio pueden ser auténticas especialistas a la hora de elegir una especie de planta para hacer la puesta.
Esta planta será la que utilicen las orugas para desarrollarse y se llama planta nutricia; el desacoplamiento en esta fase puede tener efectos catastróficos en la supervivencia de las orugas y, por tanto, sobre la abundancia final de las mariposas adultas.