Ciencia
Así se creó el histórico experimento científico: el retorno al inicio de todo
Una parte de los primeros protones acelerados en el interior del Gran Colisionador de Hadrones se estrellaron contra un aparato absorbente llamado colimador a una velocidad cercana a la de la luz, produciendo la cascada de restos de partículas que aparece en esta imagen. Aproximadamente una hora más tarde, el rayo completó todo el circuito del túnel de 27 kilómetros, entre los hurras de los físicos
"Esperamos que el LHC nos traiga una mejor comprensión del Universo", indicó el físico James Bensinger, de la Universidad de Brandeis en EE UU. "Sabemos que nuestras teorías están incompletas, que se nos escapa algo. ¿De dónde procede la masa? ¿Cuales son las leyes sencillas de la física que describen el Universo, los bloques básicos de la materia, y como interactúan unas con las otras?"
Los físicos esperan encontrar algunas respuestas en las tripas de este gigante colosal, un enorme anillo subterráneo de 27 kilómetros de diámetro repleto de imanes superconductores, sometidos a temperaturas cercanas al cero absoluto (para disminuir al máximo la resistencia eléctrica). Para construir el artefacto, se han precisado el ingenio y el trabajo de un ejército científico de 10.000 personas de 60 países.
El LHC no es otra cosa que un destruye-protones. Envía rayos de protones para que colisionen entre sí despidiendo una energía fenomenal (de 14 teraelectronvoltios, 70 veces más alta que el segundo acelerador más grande, el LEP). Evidentemente, este primer rayo servirá para calibrar la máquina y ajustar su funcionamiento. Pero en la mente de muchos está la posibilidad de detectar una partícula que es como el elefante de todas las partículas, llamada el bosón de Higgs.
La física teórica dice que esta partícula es la responsable de que el resto de las partículas conocidas tengan masa. Pero nunca se la ha detectado. Si dos protones chocan a alta velocidad, pueden despedir un bosón de Higgs, pero la probabilidad de que esto suceda es de una entre 10 trillones de colisiones.
El LHC, cuando esté en pleno funcionamiento, producirá unas 800 millones de colisiones por segundo. Por lo que no es impensable que con este ritmo endiablado unos cuantos bosones de Higgs aparezcan. Según las leyes, en el proceso podrían crearse mini-agujeros negros, aunque estos se evaporarían rápidamente, emitiendo la conocida Radiación Hawking. Aunque en el pasado surgieron algunas voces críticas advirtiendo del riesgo que teóricamente supondría crear mini- agujeros negros en un acelerador (no en vano sus hermanos gigantes se tragan la luz y la materia en el Universo), los informes más recientes descartan esta posibilidad.
El bosón Higgs también se le ha llamado la "Partícula de Dios". Los físicos andan tremendamente excitados con la puesta a punto de este gigante, y se esperan más experimentos para el próximo octubre. Ahora cruzan los dedos, pues el LHC marcará uno de los momentos históricos en la historia de la ciencia.