Cataluña obvia al Gobierno y lanza su propio tributo a las bebidas azucaradas
José Luis Bajo Benayas
El 'Parlament' valida el impuesto el miércoles, pese a que Montoro diseña uno similar para todo el paísEl Govern se adelanta para que el Estado elimine la figura y le abone 40 millones de compensación
El Govern de Cataluña se dispone a abrir un nuevo frente con el Ministerio de Hacienda. El próximo miércoles, y con el apoyo de los diputados de la CUP, aprobará la creación de un impuesto propio a las bebidas azucaradas, que entrará en vigor el 1 de abril. Y ello pese a que el ministro Cristóbal Montoro anunció hace meses la creación de una figura similar para toda España, que entraría en conflicto con la catalana. Con esta jugada, la Generalitat persigue que Moncloa elimine el impuesto catalán y abone a la Generalitat, tal y como recoge la Lofca (Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas), una compensación de hasta 40 millones de euros.
Así se lo explican a elEconomista fuentes conocedoras de la estrategia fiscal que está desplegando la Dirección General de Tributos y Juegos del Govern, en manos de Marta Espasa. Esas fuentes recuerdan que el artículo 6.2 de la Lofca dispone que "cuando el Estado, en el ejercicio de su potestad tributaria originaria, establezca tributos sobre hechos imponibles gravados por las autonomías, que supongan a éstas una disminución de ingresos, instrumentará las medidas de compensación o coordinación adecuadas en favor de las mismas". Los 40 millones de euros de compensación serían abonados precisamente en virtud a la cantidad que la Generalitar pretende recaudar gravando las bebidas azucaradas.
Lanzar la Hacienda propia
El hecho de acelerar la implantación de este impuesto para terminar obteniendo una compensación de manos del Estado es algo que incluso está siendo reconocido en privado por varios cuadros medios del Govern, "quienes además parecen no tener ni capacidad ni recursos para gestionar y controlar la aplicación del tributo". Y ello pese a que la Generalitat insiste en su idoneidad a la hora de lanzar su Hacienda propia, palanca clave de cara a una hipotética independencia.
Según ha transmitido el Govern a los afectados por el impuesto, el gravamen entrará en vigor el 1 de abril y sin posibilidades de negociar una suavización. Todas las bebidas azucaradas sufrirán un recargo de entre 8 y 12 céntimos en función de la concentración de azúcar que contengan, pese a que Tributos y Juegos no comenzará a recaudar las cantidades pertinentes hasta el 1 de julio (que era la fecha en la que en principio iba a entrar en vigor el citado impuesto). Ese día se pone en marcha el llamado E-Spriu, programa informático que la Generalitat ha diseñado para la recaudación de tributos propios.
Cabe señalar, aun así, que el impuesto a las bebidas azucaradas, recomendado por la Organización Mundial de la Salud y ya implantado en algunos países europeos como Francia y ciudades como San Francisco, fue anunciado por la Generalitat en octubre, antes de que el propio ministro Montoro se refiriera a la necesidad de aprobarlo a nivel estatal. En cualquier caso, el hecho de que el Gobierno pretenda legislar sobre este ámbito debía haber servido de freno al Govern, que ya ha mantenido con Madrid sonoras polémicas similares por otros tributos, como el de los depósitos bancarios o el creado para gravar la generación de energía eléctrica de origen nuclear (ambos anulados por el Tribunal Constitucional).
Hay más impuestos
El de bebidas azucaradas es, quizá, el tributo que más polémica va a levantar, pero no será el único al que el Parlament dé su visto bueno este próximo miércoles. En concreto, y con la aprobación de la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos para 2017, Junts pel Sí y la CUP votarán juntos a favor de una nueva versión del impuesto sobre el riesgo medioambiental de elementos radiotóxicos; de una reformulación del tributo sobre grandes establecimientos comerciales; de otro tributo que grava estancias en establecimientos jurídicos; y el que es aplicable a las viviendas que están vacías.