Cataluña

Puigdemont evita perder 'in extremis' su primera votación sobre la paga de los funcionarios

  • La paga de 2012 se devolverá de forma progresiva en dos años
Puigdemont y Junqueras en el primer pleno de legislatura | Fotografía: Luis Moreno

Iván Gutiérrez (Barcelona)

El nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha logrado el apoyo de la CUP y la oposición sobre el vía crucis de cómo abonar la paga extra de 2012. Una paga extra que fue suprimida, y que se devolverá a causa de una sentencia judicial del Estado.

Aunque parecía que la CUP podía dejar en minoría al Govern en su primer pleno, el diputado de Junts pel Sí (JxSí) Sergi Sabrià (ERC) ha adelantado que se ha llegado a un acuerdo con la formación anticapitalista y los demás grupos del arco parlamentario. La solución: se va a proceder a la devolución progresiva de la paga extra suprimida en 2012 en un plazo de dos años.

De hecho, el acuerdo se ha producido a última hora, porque la CUP ya anunció que no aceptaría la propuesta inicial de Junts pel Sí. Esa primera propuesta consistía en condicionar el ingreso de la paga extra a la "disponibilidad presupuestaria". El gran escollo para llevar a cabo esta devolución es el coste de 480 millones de euros que tendría que desembolsar la Generalitat. Esta cifra adquiere mayor importancia si tenemos en cuenta que prácticamente duplica el plan de choque pactado entre JxSí y la CUP cifrado en 270 millones.

La formación de la izquierda independentista junto con el resto de la oposición presentaron una iniciativa en el Parlament que instaba a pagar de inmediato la paga suprimida, pero el Govern se negó aludiendo las tensiones de tesorería y la falta de liquidez que padece la Generalitat.

Pacto de estabilidad en entredicho

Aunque el pacto al que llegaron Junts pel Sí y la CUP obligaba a estos últimos a no poder votar en contra de ninguna medida que "fuese en contra del proceso independentista", hoy el diputado Joan Garriga recordó que tendrá "puño cerrado a los recortes", pero siempre estará abierta a colabroar para avanzar hacia la "ruptura" con España.

La CUP también aprovechó para demandar que se quiten las subvenciones a centros educativos que separan a niños y niñas, además de acabar con privatizaciones y aumentar las ayudas públicas a guarderías.

Como respuesta, Puigdemont insistió en tener "diálogo permanente sin excepción" con la CUP, y ha defendido que "trabajarán" por tener pactos con otros grupos parlamentarios.