Kantox:"Los bancos que antes nos daban premios ahora nos intentan desacreditar"
Iván Gutiérrez (Barcelona)
Cuando emprender aún no estaba de moda y mientras el país atravesaba el peor momento de la crisis con una tasa de paro galopante, Antonio Rami y Philippe Gelis dejaron sus empleos de consultores en Deloitte para aventurarse en la creación de una startup. El objetivo, cumplir una idea: hacer más transparente el sector financiero con ayuda de la tecnología.
Kantox cuenta con una cartera de más de mil clientes y un volumen de transacción de divisas de 1.000 millones. El siguiente paso es asentarse en otros países y duplicar sus transacciones en menos de año y medio. Algo no más utópico que lo ya conseguido en apenas cuatro años de vida.
¿Cuál es la función de Kantox dentro del mercado de divisas?
Kantox ofrece un servicio de intercambio de divisas entre empresas. Es decir, ponemos en contacto a una compañía que necesita dólares y otra que necesita euros, aplicamos el tipo de cambio interbancario y actuamos como intermediario ahorrando a las empresas la comisión desproporcionada que los bancos aplican por el mero hecho cambiarlo. Por ejemplo, una persona que tiene euros y necesita dólares encuentra a otra que necesita dólares y tiene euros. Con el tipo de cambio a tiempo de real como referencia, hacemos el intercambio por transferencia saltándonos los bancos.
¿Qué hacen cuando no tienen suficientes para intercambiar?
En tal caso accedemos al mercado mayorista haciendo un grupo de compra donde algutinamos el volumen de todos. Luchamos por conseguir el mejor precio y de forma transparente comunicamos cuál es el coste de la divisa. Nunca un cliente nuestro se encontrará sin contraparte para vender florines húngaros. Nos dedicamos en exclusiva a esto, hemos llegado a ahorrar 400.000 euros a una empresa solo en diferencias de cambio.
¿Cómo nace la idea que ahora llevan a la práctica?
Nace de una necesidad, como tantas otras empresas. En Deloitte, Philippe y yo veíamos que muchas empresas gastaban mucho dinero en diferencias de cambio de divisas. En un momento tan complicado, queríamos ahorrar costes superfluos a empresas que no afectaran ni a trabajadores ni a proveedores. Al margen de la volatilidad del dólar o de la moneda en que se comprara, todos los casos (fueran importadores o exportadores, ya compraran o vendieran dólares) perdían mucho dinero. La pregunta fue: ¿Cuánto paga una empresa al banco por comprar divisa extranjera? Una pregunta que se respondía con comisiones impuestas por los bancos que nada tenían que ver con el tipo de cambio interbancario.
Otro de los riesgos es el blanqueo de dinero. ¿Cómo evitan esto?
Es un tema muy serio y que controlamos mucho. Un fallo en este sentido comportaría la pérdida de licencia. Por ahora solo operamos con empresas y a través de transferencias bancarias, antes de trabajar con una empresa identificamos las personas físicas que forman la firma y les pedimos toda la documentación necesaria. No aceptamos dinero en efectivo.
¿Cómo ha reaccionado el 'establishment' bancario a su llegada?
Los clientes son quienes mejor lo saben. Al principio no molestábamos hasta que vieron la fuga de clientes, entonces han emprendido dos caminos. O igualar precios, pese a que en una sucesión de operaciones siempre acaban volviendo a subir la comisión, o desacreditarnos. Muchos bancos que antes nos daban premios como BBVA, La Caixa o Banco Sabadell, ahora alertan a clientes de que se pueden quedar sin crédito con nosotros, algo imposible. El sector financiero necesita aire fresco, les molesta que entre gente nueva. Eso se ve en que Kantox no ha recibido ni un euro de dinero público ni por parte del Gobierno, ni de la Generalitat ni del Reino Unido. El sector bancario español es un oligopolio, muy concentrado en manos de muy pocos.
Tienen la sede corporativa en Londres. ¿España es aún 'territorio comanche' para 'startups'?
En el sector financiero sin duda. Londres es la capital financiera de Europa y la mundial del mercado de divisas. Por algo será que el 40 por ciento de estas operaciones se hacen allí. Tienen divisa propia y un gran comercio con otros países. La normativa es la misma a nivel europeo, pero la regulación británica te dice lo qué no está permitido hacer, algo que deja mucho más margen de flexibilidad que la española que sólo te dice lo que puedes hacer. Insisto en que Barcelona nos encanta y por eso tenemos sede aquí, es un polo de atracción de talento y nos permite aprovechar la marca de la ciudad.
¿Cuál es el futuro de Kantox a corto plazo?
Tenemos casi 50 trabajadores y sedes en Londres y Barcelona además de un volumen de transacciones de divisas de 1.000 millones. Queremos duplicar ese número y llegar a los 2.000 en menos de un año y medio. A finales de este 2015 habremos incorporado como mínimo 15 personas en plantilla, además de abrir una delegación más en Europa.
¿Piensan en otros mercados, operaciones, o incluso, saltar a la bolsa?
Tenemos muchas cosas en mente. Un ejemplo sería el mercado de materias primas que da eficiencias similares al de las divisas. No descartamos operar con particulares en el mundo de las divisas, de hecho ya lo hemos hecho con algunos directivos de las propias empresas con las que trabajamos. Para evitar el blanqueo controlaríamos mucho quién es aquella persona, de donde vienen los fondos y la normativa es la misma. Nos encantaría cotizar en bolsa pero de momento no entra dentro de la previsión de los próximos tres años.
¿Cómo les ha afectado el giro que ha dado el franco suizo?
No tiene nada que ver con nosotros. Hacemos pagos e intercambiamos dinero en operaciones reales, los que han quebrado son especuladores que daban posiciones a personas individuales y que luego apalancaban operaciones. Nosotros trabajamos con la economía real.
¿Qué consejo le daría a los nuevos emprendedores?
Trabajar mucho y con intensidad. Crear una empresa es como una carrera de fondo pero a sprint. Tienes que reducir la distancia con los grandes, cosa que atrae a gente talentosa que le gustan los desafíos. Work hard, play hard.