Cataluña
Mas convocará plebiscitarias cuando Rajoy le niegue otra vez el referéndum
Artur Mas está a punto de quemar los últimos puentes de diálogo con el Estado, que le permitirían volver sobre sus pasos. "Si hemos llegado hasta aquí, ya tiene poco sentido volver a retroceder", aseguran fuentes de Convergència.
Aunque el presidente de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, sigue defendiendo en el seno de CiU que se agote la legislatura, enviando a Joan Rigol (exsacerdote y expresidente del Parlament) como emisario de paz, lo cierto es que Mas dio el paso definitivo el pasado domingo.
Envuelto en la euforia del resultado del 9-N (con 2,3 millones de votantes), el president ignoró el plan previsto y a las once de la noche saltó al escenario para capitalizar el éxito de la jornada ante los catalanes y la prensa internacional. Ese momento y el prolongado abrazo que se dio ante las cámaras con el líder de la CUP, David Fernández, son pruebas de que Mas ya tiene decidida la convocatoria de unas elecciones autonómicas anticipadas, que se celebrarán el próximo mes de febrero.
Hasta entonces, el president se propone ganar tiempo y, sobre todo, convencer a los catalanes de que él debe ser el líder de la denominada transición nacional y no el presidente de ERC, Oriol Junqueras.
El primer acto de esta estrategia lo protagonizó ayer el propio Mas. En rueda de prensa y ante la indignación de ERC, reiteró que la mejor vía para Cataluña es celebrar la consulta de forma acordada con el Gobierno y, en este sentido, explicó que ya ha enviado una carta al presidente español Mariano Rajoy. En la misiva, plantea abrir un diálogo permanente con el Ejecutivo y le propone que marque las condiciones para celebrar un referéndum legal. Mas admitió que confía "muy poco en obtener una respuesta positiva de Rajoy", pero esperará su respuesta.
De igual forma, el president también anunció que en los próximos días iniciará una ronda de contactos con los líderes de los partidos proconsulta (ERC, ICV y la CUP) para escuchar sus propuestas y negociar la posibilidad de convocar unas elecciones plebiscitarias como alternativa al referéndum legal que niega Rajoy. En esta ronda de contactos para contrastar opiniones, también se incluirá al PSC, porque "apoyó la ley de Consultas en el Parlament".
En realidad, Mas incluye a los socialistas en las conversaciones porqur está buscando un socio parlamentario con el que aprobar los presupuestos de Cataluña para 2015. Sin unas nuevas cuentas, CiU no puede garantizar que el año que viene los funcionarios y empleados públicos catalanes (más de 200.000) puedan recuperar las pagas extraordinarias, tal y como anunció la Generalitat el pasado viernes, justo dos días antes del 9-N.
Una vez finalizada esta ronda de conversaciones (seguramente entrado diciembre), el president detallará su nueva hoja de ruta, donde las elecciones están marcadas en rojo. "Las elecciones plebiscitarias son el instrumento para hacer la consulta definitiva y si tenemos que utilizarlas para lograr este objetivo, lo haremos", admitió.
Lista única o separada
Llegados a este punto, Mas se negó a desvelar si acudirá a estas nuevas elecciones liderando CiU o liderando una candidatura de país que reúna a Convergència, ERC y la CUP. "No puedo fijar las condiciones antes de iniciar las conversaciones", aseguró.
La opción de la candidatura única es la que también defienden las plataformas Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, pero ERC considera que los partidos proindependencia recibirán más votos por separado que todos juntos. "Un votante de Convergència tiene reparos a votar una coalición en la que esté ERC o la CUP", aseguran fuentes del partido republicano.
Lo cierto es que Mas no quiere acudir a la urnas bajo la marca CiU, porque todas las encuestas dan un muy mal resultado al partido que fundo el expresidente Jordi Pujol. "De lo que estoy convencido es de que Cataluña sólo avanza, está junta", afirmó.
Sobre su predisposición a liderar la candidatura única, aseguró que "esa es la parte final y no el punto de arranque, quien lidere es consecuencia de la negociación". Sin embargo, recordó que "yo estoy comprometido con el proceso político que vive Cataluña y ahora, tras el 9-N, más comprometido y más a disposición que nunca para lo que pueda aportar".
Sobre la posibilidad de que un cambio de mayorías en el Congreso facilitara un acuerdo con Cataluña, Mas admitió que será bueno que el PP no tenga mayoría absoluta, pero recordó que el PSOE habla de reforma constitucional, pero "no concreta nada".
Preguntado por su valoración del 9-N y sobre si se sentía presidente de los cinco millones de catalanes que no participaron en las votaciones, Mas ninguneó a ese colectivo y sólo respondió que si se celebrase una consulta con valor legal, la participación sería altísima, "más alta que la de la Constitución española del 78". Por ese motivo, él trabaja por la "consulta definitiva" y recordó que "hace dos años que estamos diciendo que esto va en serio, y algunos parece que no lo quieren ver".
'Ciberataques' teledirigidos
El nivel de rencor entre Mas y el Gobierno ha llegado a tal punto que ayer el president denunció que los sistemas informáticos de la Generalitat han sido objeto de ataques organizados en los últimos días, coincidiendo con el 9-N.
"Tenemos la sospecha de que esto no es la acción de aficionados, aquí hay algo más que estamos investigando, porque este es un hecho absolutamente inusual", dijo Mas, quien añadió que el pasado fin de semana la Generalitat concentró el 90 por ciento de los ataques informáticos recibidos en todo el Estado.