Cataluña
PAL Robotics vende sus robots en México y Rusia
Hace diez años, cuatro ingenieros desarrollaron el primer robot humanoide bípedo europeo capaz de caminar y jugar al ajedrez, bautizado como REEM- A.
Así nació la empresa catalana PAL Robotics, especializada en robótica, que 10 años después de su constitución sigue avanzando en su afán de "ayudar a las personas con los robots". Tal y como explica el director ejecutivo de la empresa, Francesco Ferro, hasta el año 2008 se centraron en invertir en I+D para posteriormente iniciar el proceso de comercialización de sus robots.
Tras el primer desarrollo por petición de un cliente inversor de Emiratos Árabes, PAL Robotics presentó en 2008 su segundo desarrollo: el robot bípedo REEM-B, con reconocimiento de voz y rostro, de 60 kilos, capaz de caminar con 15 kilos de peso en los brazos, entre otras características.
Primeras ventas
Ese mismo año, la compañía emprendió el camino para iniciar la venta de sus soluciones, con la creación de un robot guía con ruedas pensado para grandes espacios, un desarrollo que finalizó en 2012, con el lanzamiento de la línea REEMH. Este robot está pensado para ser alquilado para eventos, además de estar enfocados a la investigación. En un primer momento, los robots de la compañía están presentes en una media de tres acontecimientos al mes y tienen un coste de alquiler de 1.000 euros al día, más los gastos de logística. "Las empresas publicitarias y de marketing son algunos de los clientes que demandan esta solución", precisa Ferro.
Por otro lado, la evolución de los primeros robots desarrollados por la empresa han dado lugar a REEM- C, un robot bípedo enfocado a centros de investigación y universidades. Disponible por 300.000 euros, es capaz de hablar más de 30 idiomas, mide 1,65 metros, pesa 80 kilos y levanta hasta 10 kilos de peso. En un primer momento, la empresa ha vendido dos unidades a una universidad de Rusia y aun centro de investigación de México.
PAL Robotics ha pasado de contar con cuatro trabajadores a sumar una plantilla de 35 personas y facturar dos millones de euros. Ferro considera que todavía hay mucho camino por recorrer en el ámbito de la robótica a pesar de haber vivido un boom en los últimos años.