Los pequeños comercios consideran que abrir los domingos no compensaría el aumento de los costes salariales
La liberalización de los horarios comerciales supondría aumentar un 25 por cientos los costes salariales del pequeño comercio en Cataluña (que pasarían de 4.868 millones por la apertura de 72 horas en 2009 a 6.085 millones por abrir 90 horas), que según los representantes de los comerciantes de Barcelona no serían compensados por un aumento de ventas.
Según el secretario general del Consejo de Gremios de Comercio, Servicios y Turismo de Barcelona (CG) y la Confederación de Comercio de Cataluña (CCC), Miguel Àngel Fraile, "la demanda interna cubre el 85 por ciento de las ventas de los establecimientos del centro de Barcelona, mientras que la demanda externa tan solo representa el 15 por ciento de las ventas". Un porcentaje que no es significativo para los representantes de los principales ejes comerciales de Barcelona, que consideran que abrir más horas no conllevaría un aumento de las ventas.
Por lo tanto, tal y como ha defendido el presidente del CG, Gaietà Ferràs, "no se debe aprovechar la excusa del turismo para abrir los domingos, que solo beneficiaría a las grandes superficies". En este sentido, Fraile ha manifestado que las grandes superficies son las principales interesadas en la liberalización de los horarios comerciales, pero no con el fin de satisfacer y aumentar la demanda externa sino para captar demanda interna. "Las grandes compañías de distribución quieren romper el equilibrio y el actual modelo comercial catalán que cuenta con una gran aceptación de los ciudadanos" ha manifestado Fraile.
Modelo satisfactorio
Según un estudio elaborado por Esade y la Fundación Barceloa Comerç, cerca de un 70 por ciento de los barceloneses están satisfechos o muy satisfechos con la regulación de horarios comerciales establecida por la Generalitat, que permite como máximo abrir 8 festivos al año. Los representantes de los comerciantes de Barcelona consideran que la apertura los domingos conllevaría la destrucción de establecimientos, que no podían compensar con más ventas el aumento de los costes laborales que conlleva esta medida.
El presidente de la Fundación Barcelona Comercio, Vicenç Gasca, ha afirmado que "no nos hemos movido ni un milímetro de nuestro posicionamiento inicial contrario a la liberalización de horarios comerciales". Según Gasca, esta medida planteada por el Gobierno central rompería el equilibrio del actual modelo comercial. Barcelona no es solo una ciudad turística del consumo, han manifestado los representantes de los comerciantes.