El momento idóneo para comprar en España
Nos encontramos inmersos en una economía global cortoplacista. Mejor dicho: nos hemos vuelto cortoplacistas. Lo queremos todo para ayer y con resultados inmediatos. Y no es ningún secreto que los grandes proyectos y las grandes empresas, aquellas que todos admiramos, como el buen vino, requieren un tiempo de maduración para mostrar todo su potencial. Tampoco es ningún secreto que la mejor manera de garantizar una buena rentabilidad a futuro es comprando barato.
Todo el mundo sabe comprar un buen champagne o ir al mejor restaurante de Nueva York, pero ¿quién comió en El Bulli cuando sólo lo conocían unos pocos?
Las empresas españolas resultan, sin duda, una excelente oportunidad de mercado. Son empresas acostumbradas a competir en los principales mercados, con unos estándares de producto, calidad y organizativos de primer nivel y, en determinados casos, punteras. Su principal hándicap a día de hoy es que están sufriendo una brutal restricción del crédito. Y ello no les permite desarrollar su habitual ciclo de negocio, y de generación de beneficios, con naturalidad.
Muchas de estas empresas han visto cómo su mercado local se ha hundido y cómo los financiadores naturales de la empresa, bancos y cajas, han cerrado el grifo desde hace ya tres años. ¿Creen ustedes, los que lo ven desde fuera, que conseguirían que sus empresas funcionaran sin ninguna financiación externa o, en el mejor de los casos, a tipos de interés superiores de media al 8 por ciento?
No obstante lo anterior, la inversión directa en España el pasado ejercicio 2011 creció el 18,2 por ciento respecto al 2010, para un total de 28.415 millones de euros. El principal mercado inversor fue Reino Unido (30 por ciento), seguido muy de cerca por Francia (25,1 por ciento), situándose los demás a mucha distancia. No parece que aquellos que, dada su proximidad geográfica, conocen las peculiaridades de las empresas españolas se hayan visto desanimados por la crisis. Muy probablemente porque, como venimos manteniendo, las empresas españolas representan una gran oportunidad de inversión.
¿Cuáles son los principales factores que empujan a empresas extranjeras a apostar por el crecimiento no orgánico mediante compras en nuestro país? Uno de ellos es la existencia de excelentes oportunidades en el sector inmobiliario, con precios de compra que garantizan una excelente rentabilidad tan pronto se vuelva a niveles de precios normalizados. Otro es el grado de apertura de la economía española, que es muy inferior a la de países de su entorno. Por ejemplo, Alemania exporta el 46 por ciento de su producción mientras que España sólo lo hace en un 28 por ciento. Este hecho, unido a la caída del consumo interno, ha provocado que las empresas españolas se muestren mucho más agresivas en su apuesta por los mercados extranjeros. Comprando en España se puede conseguir gratis presencia en otros lugares del globo. Ahora sí, las reformas están siendo estructurales y de calado. Tras la pesada digestión, obligada por otra parte, las empresas verán mejorada su competitividad.
Y no olvidemos que en sectores como la medicina, las energías renovables o el turismo, por citar tres ejemplos, las empresas españolas son líderes mundiales. Por ello pueden aportar valores como know-how, acceso al mercado o tecnología a quien participe de ellas.
Las empresas que siguen vivas han demostrado, precisamente porque continúan activas, unos modelos de negocio sólidos que han capeado la peor crisis de nuestra historia. Ustedes compran campeones, los mediocres ya hace tiempo que se marcharon.
Como dijo en su día el señor Warren Buffet, "el precio es lo que se paga, el valor es lo que se obtiene". Ahora ustedes pueden pagar un precio realmente bajo por empresas que les aportarán un valor muy por encima de ese precio.