Cataluña

La balanza comercial de Cataluña entraría en 'números rojos' sin las ventas a España



    Cataluña mantiene un espectacular superávit comercial con España. Según los últimos datos disponibles, en 2011 Cataluña vendió bienes al resto de España por valor de 49.389 millones de euros, mientras que compró por valor de 26.705 millones. Este saldo comercial favorable de más de 22.000 millones compensa con creces los 16.400 millones de déficit comercial que Cataluña mantiene con el resto del mundo.

    Sin embargo, el discurso que emplea CiU en Cataluña esconde ese dato y prefiere destacar el incremento de las exportaciones catalanas al resto del mundo. Si el año pasado Cataluña vendió 49.389 millones al resto de España, en el resto del mundo comercializó bienes por valor de 55.185 millones. Es decir, el 53 por ciento de las ventas fueron al resto del mundo y sólo el 47 por ciento al resto de España.

    Aunque esos porcentajes de exportaciones pueden dar alas a las fuerzas que defienden la secesión de Cataluña de España, lo cierto es que aunque se venda más al exterior, la balanza comercial de Cataluña con el resto del mundo sigue siendo muy negativa y sólo la contribución favorable que aporta el mercado español hace de la economía catalana un "ejemplo de vocación exportadora".

    Los argumentos nacionalistas

    La realidad contrasta con las palabras que pronunció en abril en TV3 el presidente de la Generalitat, Artur Mas. "España, económicamente, se nos ha quedado pequeña, y ojalá en estos próximos años se nos quede definitivamente pequeña, porque querrá decir que nos hemos situado en el mundo". Sin embargo, Mas tampoco olvida al votante tradicional de CiU, comerciantes y pequeños empresarios, cuyas ventas dependen en casi su totalidad del mercado catalán y español. "Hoy por hoy una parte significativa de la economía catalana depende del conjunto de España. Nos guste más o nos guste menos, ésta es nuestra realidad. Afortunadamente, cada vez esto es menos así. Pero para muchas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, todavía hoy el mercado español es esencial", reconoce.

    Sin embargo, el president tampoco oculta sus deseos: "Ojalá llegue un momento en que España represente el 5 ó el 10 por ciento de nuestra economía, pero hoy no es el caso".

    La argumentación del nacionalismo catalán tienen una base solida. Desde 1995, las exportaciones catalanas al resto del mundo se han multiplicado por más de tres, pasando de 17.711 millones de euros a 55.185 millones en 2011. En el mismo periodo, las ventas de bienes al resto de España sólo pasaron de 31.387 millones a 49.389 millones, lo que podría dar una idea de la pérdida de importancia del mercado español.

    Sin embargo, una cosa son los volúmenes de venta y otra la rentabilidad de las mismas. Si bien es cierto que entre 1995 y 2011 las exportaciones catalanas se triplicaron, también es cierto que las importaciones han crecido en una proporción similar, al pasar de 25.703 millones a 71.593 millones. De esta forma, el déficit comercial catalán con el exterior se ha más que duplicado, al pasar de 7.992 millones en 1995 a 16.400 millones en 2011. En paralelo, las ventas y las compras de mercancías al resto de España también han aumentado en proporciones similares, lo que ha permitido a la economía catalana mantener un amplio superávit comercial, que ha evolucionado desde los 13.725 millones de euros en 1995, hasta los 22.000 millones en 2011.

    Así, a pesar de que, en los últimos 17 años, el comercio con el resto de España ha ido perdiendo peso en relación al comercio internacional, el superávit de las compraventas de bienes con el resto del Estado ha permitido compensar la mayor parte del déficit resultante del comercio de la economía catalana con el extranjero.

    De esta forma, la conclusión es que debido al fuerte desequilibrio estructural entre las importaciones y las exportaciones (ya que Cataluña carece de materias primas), la economía catalana sigue dependiendo de sus ventas al resto de España para equilibrar su balanza comercial.

    El peso de los servicios

    Si, además de las exportaciones de bienes, se incluyen los servicios, el peso del mercado español es aún superior a la hora de compensar el déficit de la balanza comercial catalana. En la serie histórica de entre el año 2000 y 2010, Cataluña siempre ha mantenido una balanza comercial con el exterior negativa, mientras que una vez incluida las ventas al resto de España esa balanza comercial siempre ha sido positiva.

    Estos datos estadísticos son los que hacen que muchas grandes empresas con sede en Cataluña (La Caixa, Gas Natural, Abertis o Agbar, entre otras) o multinacionales con filiales cuya sede está ubicada en Barcelona vean los deseos secesionistas de CiU como un peligro para sus intereses comerciales.

    Entre los pequeños y medianos empresarios, el apoyo a las tesis nacionalistas es muy superior, ya que consideran que dotar a Cataluña de un estado propio les permitiría beneficiarse de una estructura estatal proteccionista, que les favorecería, y, a la vez, contaría con un administración que, tal y como ha prometido Mas en diversas ocasiones, sería amiga de las empresas y pondría facilidades para hacer negocios.

    Otros sectores, con por ejemplo el del cava, que ya sufrió un boicot a principios de siglo, no quieren ni oír hablar de la independencia de Cataluña de España.