Spanair blindó a su director general con 400.000 euros de indemnización
El juez autoriza que los aviones alquilados por la aerolínea vuelvan a sus dueños
BarCELONA. Un proyecto de alto riesgo. Así percibía el director general de Spanair, Mike Szücs, su incorporación a la cúpula de la compañía catalana cuando fue llamado por el presidente, Ferran Soriano, en mayo de 2009. El directivo, que entonces estaba al frente de la aerolínea mexicana VivaAerobus, exigió contar con las garantías necesarias para embarcarse en la aventura catalana, que se plasmaron en un blindaje de 400.000 euros. Su salida de la aerolínea tenía que ir acompañada de esa retribución, depositada en forma de aval en una entidad financiera.
La misión de Szücs era hacer rentable la aerolínea en un plazo de dos años y preparar al grupo para volver destinos intercontinentales. Pese a su trayectoria (Szücs ha ocupado los cargos de directivos en British Airways donde empezó su carrera como piloto y en Easyjet), el directivo se mantuvo en un discreto segundo plano durante los dos años y medio que estuvo vinculado a Spanair. De hecho, aunque en un primer momento se nombró a Ferran Soriano como presidente no ejecutivo la falta de carisma de Szücs obligó a Soriano a implicarse más en el proyecto.
El juez desbloquea la flota
El Juzgado Mercantil número 10 de Barcelona, que tutela el concurso de acreedores y el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de Spanair, ha autorizado a los propietarios de los aviones que integraban la flota de la compañía aérea a recuperar las aeronaves.
El grupo Internacional Lease Finance Corporation (ILFC) es el principal arrendatario de Spanair y es propietario de 13 de los 28 aviones que la compañía operaba en el momento del cese de operaciones. Otro de los grupos propietarios de los aviones que tenía Spanair en leasing son SAS, la japonesa Itochu, Royal Bank of Scotland, el banco alemán KFW o Orix también son arrendadores de la aerolínea.
Las naves están aparcadas en los aeropuertos de Barcelona, Madrid y Palma de Mallorca, desde que la compañía anunció por sorpresa que cancelaba todas sus operaciones el pasado 27 de enero. En el caso de El Prat, los aviones de Spanair se aparcaron en una zona del aeropuerto cercana al cementerio de El Prat de Llobregat y del hangar de Iberia. Spanair contaba con una flota de 45 aviones cuando pasó a manos de capital catalán.