Cataluña

Opinión: Consecuencias de las elecciones madrileñas para Cataluña

    El abogado Juan Carlos Giménez-Salinas. Foto: Luis Moreno

    Juan Carlos Giménez-Salinas

    El resultado de ayer en Madrid confiere el Gobierno en solitario al PP, la desaparición de Cs, que Más Madrid supere a un PSOE fracasado y la desaparición de Pablo Iglesias como líder y político de Podemos. Casi nada. Un terremoto que será la causa de muchos cambios de estrategia a lo largo y ancho de este país.

    Comparando estas elecciones madrileñas con las últimas catalanas, la primera conclusión es que no tienen nada que ver la una con la otra. No son en absoluto comparables. En Cataluña el PP fue testimonial, eliminado por Vox; el PSC ganó las elecciones, y los partidos independentistas de derechas o de izquierdas se mantuvieron.

    Un dato importante, en Madrid votó más del 72 por ciento del electorado, máximo histórico. En Cataluña, el 52 por ciento, mínimo histórico. En Madrid, el electorado sentía que las elecciones eran importantes para visualizar una priorización entre las izquierdas y las derechas. En Cataluña, los ciudadanos se encontraban desmotivados y fatigados por un procés que consideran inviable.

    La primera consecuencia de estas elecciones para Cataluña es la de que Pablo Iglesias se retira de la política. Este líder de la izquierda era un gran defensor de los partidos independentistas catalanes y de sus estrategias y objetivos. Mantenía un fluido diálogo con los líderes de ERC y como vicepresidente del Gobierno de España se había constituido valedor de sus objetivos en Madrid.

    La segunda consecuencia es el castigo electoral a Pedro Sánchez y sus políticas de izquierdas fuertemente defendidas por Iglesias, quien ya no podrá influir en ellas. Pedro Sánchez, aunque Madrid no es España, como dicen los suyos para mitigar su derrota, deberá moderar su política y conducirla hacia un centro izquierda si pretende conseguir el sufragio de los votantes de Cs y ganar las elecciones generales dentro de dos años.

    La desaparición de Iglesias y la previsible política de centro izquierda de Pedro Sánchez, no auguran buenas perspectivas para defender y auspiciar las pretensiones de los independentistas catalanes. Cataluña para Sánchez, a partir de hoy, se convierte en un problema menor ante el que cualquier movimiento en su favor le puede restar apoyos en el resto de España.

    Desaparecido Iglesias de la política y debilitado Podemos, Sánchez se encuentra libre de toda presión por su izquierda y dejará Cataluña en manos del PSC, partido que ha experimentado el éxito de su nueva estrategia al ser el partido más votado en las últimas elecciones autonómicas.

    Una tercera consecuencia, y ésta puede ser positiva para todos los catalanes, es el hecho de que forzar unas nuevas elecciones autonómicas en Cataluña podría significar un gran riesgo para los partidos autonómicos dado el empuje de los partidos nacionales. Como consecuencia de lo anterior podríamos tener dentro del plazo legal un nuevo president y un nuevo Govern que evitarían las incógnitas derivadas de unas nuevas elecciones.