Castilla y León

"Vitartis es un referente nacional en innovación colaborativa en la industria agroalimentaria"


    Rafael Daniel
    Valladolid,

    Beatriz Escudero, CEO de Pharmadus, preside desde hace un año la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León (Vitartis), integrada por un centenar de compañías que concentran el 40% de la facturación y del empleo del sector en esta Comunidad. Vitartis ha sido en sus 10 años de existencia el nexo de unión entre universidades y centros tecnológicos y las empresas del sector agroalimentario hasta convertirse en un "referente nacional en innovación colaborativa".

    ¿Vitartis cumple 10 años, qué balance hace?

    Es un momento para sentirse orgulloso. Las empresas somos mucho de flagelarnos y es bueno a veces mirar para atrás y ver lo que hemos conseguido. Vitartis empieza en 2009 como un clúster de biotecnología agroalimentaria, con 14 socios, dos centros tecnológicos y las universidades de Burgos, Valladolid y León, que ven la importancia de unir el conocimiento y la investigación con el mundo de la empresa. En 2013 se da un paso más y se transforma en una asociación de la industria alimentaria de Castilla y León, un hito que responde a la necesidad de buscar una mayor representatividad del sector e incorporar más empresas que aporten nuevas palancas de innovación, no sólo la biotecnología. Todas tenemos el mismo objetivo de hacer productos de calidad, apostar por la máxima seguridad alimentaria y la sostenibilidad medioambiental a través de la innovación.

    ¿Y se cree de verdad la industria alimentaria de Castilla y León lo de la innovación?

    Claro que sí. Si algo tenemos claro en Vitartis es la importancia de la innovación y una de nuestras funciones es ayudar a que, gracias a ella, las empresas den respuesta a las nuevas demandas de los consumidores. Creemos en la innovación, no porque sea un mantra, sino porque sabemos que es la vía para ser competitivos, crecer y acceder a un mercado global. Pero la innovación, además de la transformación digital que permiten las nuevas tecnologías, conlleva una transformación cultural. Y para esto último es básica la formación, algo por lo que nos hemos preocupado mucho, sobre todo en los directivos, que son los que tienen que trasladarlo a todo el equipo.

    ¿También las pequeñas empresas?

    Donde ha estado el éxito de Vitartis es que de los 110 socios, 22 son grandes compañías y 75 pequeñas, además de 13 centros tecnológicos y universidades, que actúan como el departamento de I+D de las empresas. Hemos tenido más de 700 reuniones para hacer innovación colaborativa, puesto en marcha 29 proyectos de innovación con un presupuesto de más de un millón de euros. Estamos intentando explicar a las pequeñas empresas la importancia de la innovación y que puede hacerse de manera colaborativa. Sobre todo, estamos influyendo en cómo piensan las personas. Antes las cosas las hacía cada uno por su cuenta y ahora se está dispuesto a compartir para crecer. A mí, lo que me enganchó a Vitartis fue ver a empresas grandes dispuestas a poner sus conocimientos en manos de otras pequeñas para crecer, colaborar para dar cada uno lo mejor de sí para ganar en competitividad. Hoy por hoy, somos un referente a nivel nacional en innovación colaborativa. El 28 de febrero comienza en Ávila van a celebrar el 'I Congreso de la Industria Alimentaria de Castilla y León'. ¿Qué objetivos persiguen?

    Durante estos años hemos ayudado mucho a las empresas en su modernización, pero ahora es tiempo de pararse y reflexionar para ver si los retos que tenemos son los acertados o hay que incidir más en un tema o en otro. Ha sido mucho el esfuerzo realizado durante este tiempo, pero toca pararse para revisar nuestro plan estratégico.

    ¿Está suficientemente valorada la industria alimentaria en Castilla y León y en España?

    Somos un sector estratégico a nivel de la Comunidad, no sólo porque seamos el segundo en facturación, sino por lo que supone de vinculación al territorio, porque no nos vamos a deslocalizar. En España, después del turismo, es el segundo motor económico. Pero aquí hay dos cuestiones. Una es hasta qué punto los consumidores valoran todo lo bueno que se hace desde Castilla y León en materia de calidad o seguridad alimentaria. Ahí tenemos que reconocer que uno de los retos es la comunicación. Desde la industria tenemos que hacer un esfuerzo primero para que se traslade toda la excelencia de lo que estamos haciendo, pero también de formación para tener un consumidor responsable, que sepa realmente lo que tiene valor. Respecto a las Administraciones, con la Junta de Castilla y León tenemos una comunicación fantástica y están haciendo un esfuerzo para colaborar, pero es cierto que la parte burocrática es tan compleja que vemos que se empiezan muchas cosas pero es difícil que al final se conviertan en algo real. Luego, tenemos una normativa demasiado compleja y amplia, y es necesaria una simplificación. Pero volviendo a la innovación, no sólo Europa, sino también España y Castilla y León tienen que apostar por apoyar mucho más la I+D+i, destinar mucha más inversión. Uno de los grandes problemas es la brecha digital…La transformación digital es fundamental. Pero necesitamos tener buenas infraestructuras, y ahí pedimos a las Administraciones que sean conscientes de la importancia de acabar con esa brecha. Llevamos mucho tiempo hablando con la Administración para que sea tractora, de manera que las corporaciones locales sean los primeros clientes y hagan rentable a las compañías de telecomunicaciones hacer las inversiones necesarias para que haya cobertura en todo el territorio. En Castilla y León sería muy importante una buena coordinación entre las distintas Consejerías, que a veces van cada una por su lado. Es muy importante además, porque tenemos otro reto y es que a los jóvenes les interese el sector agroalimentario, que vean que es atractivo, que lo es, pero aún lo perciben como algo muy tradicional y no hay que olvidar que tenemos un grave problema de despoblación. Con esas inversiones en tecnología, podríamos apostar mucho más, por ejemplo, por la formación online.

    Ha hablado antes de mejorar la formación de los consumidores. ¿Es la respuesta a las 'fake news'?

    Desde que aparecen las redes sociales, tenemos, no sé si más información, pero al menos muchas más noticias. El problema es que sólo leemos a aquellos que piensan como nosotros para reforzar nuestra postura. Ahí tenemos un problema social. Pero en lo que afecta al sector, es verdad que han salido muchos bulos que no tienen que ver con la realidad y hemos hablado con la consejera para fijar un plan que nos permita comunicar todo lo bueno que hacemos en Castilla y León. Tenemos una sociedad que cada vez demanda más sostenibilidad, que demos productos mucho más respetuosos con el medio ambiente y con las personas, aunque luego muchas veces cuando llegamos a comprarlo no estamos dispuestos a pagar lo que eso realmente supone.

    Estrenamos el año con subida del SMI y las cotizaciones sociales. ¿Temen consecuencias para el empleo?

    Hay una cosa clara, y es que llevamos ya algunos años viviendo en la incertidumbre, en los cambios, que muchas veces se plantean más por el interés de los partidos que por el de la sociedad. Las empresas ya estamos acostumbradas a no contar con esa estabilidad política para hacer nuestros planes. La subida del SMI va a tener impacto y a corto plazo se van a retraer las contrataciones. Tenemos que acabar con la idea de que en una empresa si tú ganas yo pierdo, y apostar por proyectos que nos hagan crecer a todos, fomentar el intraemprendimiento.

    ¿Y la colaboración que hay entre las empresas no tiene que extenderse al sector productor?

    Para nosotros es un tema importante y tenemos una mesa redonda en el Congreso sobre colaboración de toda la cadena. Nos necesitamos todos y tenemos que trabajar juntos. El sector industrial, que está en el medio, está en la mejor posición para unir a productores y distribuidores. El sector primario tiene que estar a gusto y además ganar dinero.

    "La subida del SMI va a tener impacto y a retraer la contratación"

    ¿Cómo pueden afectar fenómenos como el 'Brexit' o el proteccionismo en Estados Unidos al sector?

    Cualquier cortapisa es mala y debemos prepararnos y buscar alternativas, porque de lo que se trata es de tener proyectos que tengan impacto local pero que sean globales.

    La internacionalización, ¿sigue siendo una asignatura pendiente?

    Uno de los retos es ganar dimensión. Estamos compitiendo con empresas europeas mucho más grandes. En Castilla y León somos el territorio con mayor extensión, en facturación somos el tercero, en valor agregado los cuartos, pero en exportaciones somos la séptima. Ahí tenemos un reto importante y de ellos también vamos a hablar en el Congreso que se celebrará en Ávila.

    Aquí se están planteando dos modelos. Valladolid quiere crear un parque agroalimentario, mientras la Junta pide que la industria se instale en el medio rural…

    Son cosas perfectamente compatibles. Lo que hace falta es que los políticos vayan un poco más allá de sus propios intereses y sobre todo que nos escuchen. El entorno rural es fundamental, pero en Valladolid puede haber un buen centro logístico o incluso de procesamiento.

    ¿Cómo ve la industria agroalimentaria dentro de cinco años?

    Nuestros reto es liderar el sector agroalimentario a nivel nacional. Pero tenemos mucho que hacer. Desde Vitartis tratamos de sumar cada vez más proyectos. El sector es muy grande, con casi 3.000 empresas y las 110 que están en Vitartis representan el 40 por ciento de la facturación y el 40 por ciento del empleo. El reto principal que tenemos es tratar de unirnos todos. Hablamos de dimensionamiento, pero también hay que hablar de singularidad de los territorios. Desde Vitartis apostamos por tener una industria más innovadora, con una excelencia industrial, científica y tecnológica, y apostando por la sostenibilidad. Somos muchas las empresas que estamos trabajando con todo lo que tiene que ver con la transformación digital y con el cambio climático para lograr mejores alimentos, más seguros, más saludables, más ecológicos y adaptarnos mucho mejor a la alimentación personalizada.