Castilla y León

Priasa dispara su facturación un 60% con la construcción de naves industriales

    Lucrecia Prieto, directora adjunta de Priasa


    La constructora Priasa cierra 2011 con ocho millones de facturación, un 60 por ciento más que en 2010. La construcción de naves industriales ha sido la receta para burlar el crack inmobiliario.

    El secreto de esta compañía familiar ubicada en Tordesillas para espantar el fantasma de la crisis ha sido potenciar otros nichos de negocio, como la construcción de naves para el sector industrial y agroalimentario.

    Priasa se ha convertido en todo un referente en la construcción de este tipo de instalaciones. De hecho, entre sus clientes se encuentran compañías como Siro, Acor, Michelin, Iberdrola, Matarromera o Iveco.

    Los orígenes de Priasa se remontan a 1977, cuando el ingeniero técnico en obras públicas Luis Miguel Prieto decidió crear una empresa de construcción para atender la demanda inmobiliaria generada por el crecimiento urbanístico del último cuarto del siglo pasado.

    Durante la década de los años 80, Priasa comenzó su expansión, primero por la provincia de Valladolid y luego por todo Castilla y León al calor de la construcción y promoción de viviendas. Poco a poco fue ampliando su actividad a la obra pública y a la construcción de naves industriales. A partir de ahí, el crecimiento de la compañía fue continuo hasta el año 2008, año en el que logró 14,6 millones de facturación.

    Sin embargo, los dos años siguientes, la compañía sintió el parón inmobiliario con toda su fuerza y su facturación cayó en picado hasta los 4,9 millones en 2010.

    La crisis, sin embargo, marcó un punto de inflexión, según explica Lucrecia Prieto, hija del fundador de la empresa y actual directora adjunta. La primera medida fue reducir gastos y renunciar a sus planes de construirse una sede corporativa en la capital vallisoletana. A la vez aparcaron la actividad inmobiliaria para centrarse y especializarse en otro de los nichos en los que ya había cosechado importantes éxitos: la construcción "llave en mano" de naves para la industria, fundamentalmente para la potente automoción (Michelin, Iveco) y la agroalimentación, sector éste último que ha mostrado una pujanza insospechada en la Comunidad, con clientes como Grupo Siro, Matarromera, Cuatro Rayas o Queserías Entrepinares.

    De hecho, esta actividad aporta un 90 por ciento a su facturación (70 por ciento la agroalimentación y 20 la industria). Los números que la empresa presenta en este ejercicio confirman el acierto de una estrategia que les ha permitido despertar de la pesadilla inmobiliaria. Priasa espera cerrar este año con 8 millones de euros de facturación, un 60 por ciento más que los 4,9 millones obtenidos hace dos años. Esta recuperación se nota en la estabilidad de la plantilla, integrada por medio centenar de empleados directos (100 más indirectos). La compañía no sólo ha sido capaz de evitar los despidos en los últimos tres años, sino que ha visto ampliar el número de trabajadores.

    La búsqueda de actividad fuera de la promoción de viviendas ha ido acompañada de una política financiera especialmente cauta. Lucrecia Criado explica que la compañía ha huido del endeudamiento, la fórmula que muchas empresas han utilizado para expandirse y que se ha convertido en su propia tumba con el cierre de los mercados financieros a las empresas.

    "Disponemos de suficientes fondos propios para ver el futuro con tranquilidad. Nosotros no tenemos que ir a los bancos a pedir dinero, sino que son ellos los que vienen a nosotros", afirma.

    Los planes de futuro a corto plazo son expandirse por el resto de España y ya ven posibilidades de negocio en comunidades como Madrid, Galicia o Asturias. ¿Y salir al exterior? De nuevo, la directora adjunta echa mano de uno de los puntales de la filosofía de la compañía, la cautela. "Estamos viendo dos proyectos con una ingeniería para salir fuera de España pero lo haremos con calma".

    Priasa forma parte de un holding integrado también por la inmobiliaria Vista Castro y la empresa de materiales de construcción Prieto Polanco.

    La experiencia y el buen hacer de la compañía radicada en Tordesillas han sido dos de las claves del éxito de Priasa, resposable de algunas de las instalaciones industriales y agroalimentarias más emblemáticas de la región. "El boca a boca nos ha funcionado muy bien y tenemos un alto grado de fidelización. Trabajamos desde hace años con Siro, Iveco, Matarromera o Entrepinares", explica Lucrecia Prieto. Esta joven arquitecto se incorporó junto a sus hermanos Nicolás y Beatriz a la compañía en 2006. No es extraño, lleva el negocio en las venas. "De niña acompañaba a mi padre a las obras", afirma.