Canarias

Cuando Estados Unidos quiso comprar parte de Canarias

  • Las potencias europeas creyeron que la teoría americana era creíble y pidieron precio a Madrid

José L. Jiménez
Las Palmas de Gran Canaria,

Entre 1879 y 1884 Estados Unidos pidió precio a España para comprar una de las islas de Canarias a fin de establecer una colonia pesquera. Todo esto fue antes de la pérdida de Cuba y Filipinas. A partir de ese momento, potencias europeas como Alemania y Francia pidieron a Madrid negociar la venta de las islas porque no querían dejar en manos de Washington todo el negocio costero africano desde Tánger a Ciudad del Cabo. Antes del Covid19 el PIB de Canarias era de 47.000 millones de euros. ¿Cómo eran las islas en aquella época? Un viajero inglés, Samler Brown en 1892 afirmaba: "la clase baja sustenta a la clase alta" y "excepto en el periodo de noviazgo, la situación de la mujer no parece en lo más mínimo diferenciarse de la hindú".

Lo que propuso exactamente Estados Unidos fue poder establecer un negocio pesquero al norte de Lanzarote y derechos exclusivos de pesca por espacio de 99 años renovables incluyendo las aguas jurisdiccionales españolas de canarias. El debate de vender territorios obedecería a que eran mercados "incapaces de explotar con óptimos rendimientos, pues tampoco los excedentes de capital permitían las inversiones necesarias", señala el profesor universitario insular Javier Ponce Marrero.

En Francia saltaron las alarmas con la propuesta norteamericana. La posibilidad de la venta de Canarias en su conjunto fue tema de conversación desde 1886 en las reuniones entre París y Madrid. El único acuerdo al que se llegó fue el de repartirse Cabo Blanco, en el Sáhatra. Una década después los alemanes entraron en el asunto hasta el punto que desde Berlín el emperador Guillermo II mandó a Gibraltar un navío de guerra para tomar la costa marroquí e impedir un aumento del poder francés en caso que las islas Canarias fuesen vendidas tras informar al embajador de Reino Unido en Alemania, Frank Lascelles.

El profesor de la ULPGC Ponce Marrero recuerda que Alemania no era nueva en las operaciones de compras de islas. En su estudio 'Canarias y la expansión de los imperialismo de la Europa Bismarckiana a la crisis finisecular', recuerda que "Alemania recogió parte de la herencia española; las Islas Carolinas y Marianas le fueron vendidas por 17 millones de marcos".

Así, el príncipe germano Chlodwig zu Hohenlohe convenció al emperador Guillermo II sobre la necesidad de quitarse paranoias de la cabeza: que España ni en broma vendería Canarias como si fuese siete corrales de gallinas. Perdida Cuba y Filipinas por España las presiones para comprar Canarias siguen. En verano de 1899 un subsecretario alemán de Estado del Auswärtiges Amt,Von Richthofen, envió un telegrama al embajador alemán en Madrid, Joseph von Radowitz, pidiendo datos sobre el precio de Canarias en caso de anunciarse venta alguna. En Londres el marqués de Salisbury y el embajador español, el conde Rascón, como en Madrid, Wolff y Silvela, mantienen contactos oficiales y ambos gobiernos acuerdan no agredirse y evitar hablar de venta alguna del archipiélago. Francia responde mandando un buque de guerra a Canarias ya que "estimaba que de nuevos dueños de las Canarias, los estadounidenses convertirían en muy incómoda la ruta del Cabo y que serían un peligro para las posesiones y el porvenir de Francia en el norte de África así como en el Senegal".