Canarias
Cuando Inglaterra usó Canarias para atacar al comercio hispano en el Atlántico
- Desde 1515 las islas han sido pasto de intereses ingleses
José L. Jiménez
Las Palmas de Gran Canarias,
La llegada del turismo británico a Canarias tras el cierre del destino no es solamente un tema que interese a los canarios. La presencia de capital británico en Canarias data de hace 500 años. Buena parte del negocio del turismo se queda en origen y, en destino, hay producción de alimentos en los que Reino Unido es clave: las papas. Por cada turista que se aloja desde este mes de noviembre en Canarias se quedan por día 38 euros y 96 en origen. Son datos obtenidos del 'Análisis del turista que visita las islas Canarias: el caso del turista británico' de Alicia Cabrera, de la Universidad de La Laguna. "Los ataques de los corsarios al servicio de otras potencias era una forma de debilitar a Castilla", afirma el doctor en Historia Manuel de Paz.
Desde 1515 las islas han sido pasto de intereses ingleses. Así, fue el territorio donde Inglaterra ensayó sus ataques a España sin piedad. El pirata francés Francis Drake, el mismo que sembró el caos en las rutas comerciales con las Indias Occidentales, tenía un primo ocho años mayor del que aprendió: John Hawkins. Desde 1560 visitó Hawkins comenzó a visitar Canarias con la finalidad de hacer negocios con el azúcar y tenía como socios a miembros de las familias Soler o Ponte en el sur de Tenerife. De tanto ir y venir con el negocio azucarero fue cuando el marino británico se percató que España tenía un déficit en el Caribe: esclavos. Y por eso se convirtió en el primer inglés en abastecer a esclavos para intereses españoles.
Las islas Canarias desde la Conquista tenían un marco fiscal diferenciado de la Península, que todavía se defiende en el archipiélago y por eso la presencia extranjera en negocios que en el resto de España estaban permitidos era normal. A partir de 1562 comenzó a llegar a Canarias con material textil inglés para venderlo y partir a capturar mano de obra negra a Guinea. En uno de sus viajes, tras salir de Canarias John Hawkins puso a uno de sus barcos el nombre de Jesús y se hizo pasar por misionero inglés en Sierra Leona ante miles de aldeanos que celebraban una fiesta por una zafra. Hawkins les dijo a los educados aldeanos que su Dios lo ha enviado a predicar acerca de un Dios llamado Jesús. Preguntó cuántos estaban listos para ver y recibir a Jesús y se levantaron 500 manos. Les invitó a una playa donde los esperaba su barco de esclavos, Jesús. Hawkins instó a sus nuevos conversos a entrar en el barco para su salvación en otro para ver a Jesús.
Los descendientes del comerciante genovés afincado en Tenerife Cristóbal de Ponte fue el primer socio de Hawkins en su base de Garachico. Los Ponte financiaron en 1494 la Conquista de Tenerife y por eso tenían extensiones de suelo agrario al que darle rentabilidad. Estas relaciones comerciales lograron consolidarse a pesar de los ataques de piratas franceses y británicos a Canarias. Desde 1567 la animadversión a todo lo que oliera a marinos ingleses en Canarias era total. Ese año estuvo en Tenerife alojado en casa de los Ponte y a la partida cometió el error de lanzar una salva a modo de despedida y un disparo llegó a una casa. Pasó por La Gomera y se puso a quemar imágenes religiosas.
Cuando decidió juntarse con su primo Francis Drake esa convivencia se convirtió en la unión del hambre con las ganas de comer. De los tres garbeos que hizo a América Hawkins solamente con el primero ganó mucho dinero. Los demás fueron un desastre. En 1595 murió enfermo en Puerto Rico.Manuel de Paz, catedrático de Historia de América en la Universidad de La Laguna (ULL) apunta que entre los siglos XV y XVI las islas fueron como "el gran escenario de la piratería mundial. Fundamentalmente por su situación en la ruta de las Indias". De Paz ubica como depredadores de los mares a Drake o Nelson porque "eran unos navegantes al servicio de sus respectivas potencias, las cuales les otorgaban lo que se conocía por la patente de corso".