Hoy, que tanto se habla de storytelling en la empresa, es conveniente recordar en qué consiste y por qué es importante. Desde tiempos inmemoriales han existido cuentos, parábolas, epopeyas, fábulas, novelas y un sinfín de géneros literarios a través de los cuales el ser humano ha aprendido a manejar la realidad narrativamente, mucho antes de hacerlo científicamente. Pues bien, ese arte se ha constituido en tendencia en la arena empresarial por dos motivos fundamentales.
El primero es que la publicidad ha muerto, al menos tal y como la conocíamos en el siglo pasado. Hoy día la mayoría de los clientes quieren que las compañías produzcan sus anuncios en forma de historias. Y en esas historias comprueban si la narrativa de marca coincide con la suya propia. Los clientes se identifican con aquellas historias que hablan de ellos, y rechazan las que no tienen nada que ver con sus vidas.
El segundo motivo es que, tal y como nos ha mostrado Kahneman, la prueba de veracidad de una narración está en su sencillez y en su coherencia. Dicho de otra manera, las personas percibimos que un relato es verdadero si es simple y si tiene suficiente cohesión interna. Qué duda cabe de que las historias, cuando están bien contadas, tienen precisamente esas dos características. Por eso el storytelling es una manera de trasladar veracidad al cliente, y con ella confianza y solvencia.
Narración, sencillez y coherencia: storytelling.