Claves en la comunicación (5/5): técnica, técnica, técnica.

Publicado por en Cambio personal, Ciencia y Management, Claves en la comunicación.

Comunicar bien no es, fundamentalmente, una cuestión de perder el miedo a hablar en público, ni de talento, ni siquiera de disfrutar haciéndolo. No por ser un hecho cotidiano implica una habilidad menos compleja que otras competencias. Comunicar bien es, por encima de todo, una cuestión de técnica. Es cierto que hay personas a las que se les da mejor y a las que se les da peor, pero la gran diferencia está, como en muchas otras capacidades, en la práctica deliberada.

Hay multitud de aspectos técnicos en una conferencia: la construcción del personaje, el guion narrativo, el uso del lenguaje no verbal, el manejo de la voz, la utilización de apoyos visuales, y una larga lista de elementos más. Asimismo, hay muchas tendencias, enfoques y maneras de aprender todos esos elementos. Una persona puede tener cierta capacidad para la comunicación en público, pero si no se dota de esas habilidades y las practica es ciertamente difícil que logre impactar de la manera que lo hacen los profesionales. 

Una conferencia implica la utilización de un conjunto de técnicas que se ponen en juego en el acto comunicativo, y que requieren los correspondientes ensayos. El conferenciante que no dedica tiempo a ensayar nunca acaba del todo de elaborar el complejo puzle que es una charla de impacto, en la que la narración fluye de manera natural y en la que el resto de componentes se interrelacionan de forma dinámica para crear un efecto memorable en el público.

La comunicación es técnica: funciona cuando se aprende y se practica.

2 comentarios a “Claves en la comunicación (5/5): técnica, técnica, técnica.”

  1. Pedro Barranco

    Muy bueno Jesús … En cualqueir caso, una vez superado el miedo escénico, la clave es tener algo importante que contar para ser creíble.

    Gracias

    Reply
    • Jesus Alcoba

      Así, es. Yo tiendo a pensar que cualquier comunicación de este tipo debe tener detrás una base solvente. Sin ello, una charla puede ser entretenida, pero difícilmente será inspiradora.

      Reply

Deja un comentario

  • Nombre (obligatorio)
  • (no será publicado) Email (obligatorio, no será publicado)
  • Website

Escribe tu comentario aquí...

XHTML: Puedes usar estos tags: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

De conformidad con la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, le informamos de que sus datos serán incorporados a un fichero propiedad de EDITORIAL ECOPRENSA, S.A. (en adelante, El Economista) con la finalidad de gestionar su utilización de los blogs. Usted puede ejercitar sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose por escrito a El Economista. C/ Condesa de Venadito, 1- 3º 28027 Madrid. elEconomista podrá limitar, total o parcialmente, el acceso a sus servicios a determinados Usuarios, así como cancelar, suspender, bloquear o eliminar determinado tipo de contenidos si tuviese conocimiento efectivo de que la actividad o información almacenada y/o difundida es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero. No obstante, elEconomista no tiene obligación de controlar la utilización que los Usuarios hacen de los servicios y, por consiguiente, no garantiza que los Usuarios hagan un uso diligente y/o prudente de los mismos. Tampoco tiene la obligación de verificar y no verifica la identidad de los Usuarios, ni la veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de los datos que los Usuarios proporcionan sobre sí mismos. elEconomista excluye cualquier responsabilidad por los daños y perjuicios de toda naturaleza que pudieran deberse a la utilización de los servicios y de los contenidos por parte de los usuarios o que puedan deberse a la ilicitud, carácter lesivo, falta de veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de la información que los usuarios proporcionan a otros usuarios acerca de sí mismos y, en particular, por los daños y perjuicios de toda naturaleza que puedan deberse a la suplantación de la personalidad de un tercero efectuada por un usuario en cualquier clase de comunicación realizada a través del portal.