Paciencia

Los que creían que con el acuerdo para rescatar a los bancos se acabarían los problemas se equivocaron. Lo peor es que uno de ellos fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y otro su ministro de Economía, Luis de Guindos. Veamos porqué. Como explicamos en elSuperlunes de elEconomista, el compromiso incrementará el porcentaje de deuda estatal en relación al PIB hasta casi el 90 por ciento, frente a cerca del 80 por ciento actual. Desde ese punto de vista no existe incentivo para los compradores, que adquieren títulos de un país aún más endeudado. Además, no está claro si el dinero lo desembolsará el Fondo de Estabilidad Financiera (EFSF) o el nuevo Mecanismo de Estabilidad Monetaria (MEDE). Este último, que entra en vigor el 1 de julio, tiene carácter de senior, que significa que su deuda es prioritaria sobre el resto. Es decir, que en caso de quiebra es la primera que debe ser reembolsada. Ello coloca a la deuda emitida por el Tesoro como secundaria y ello explica que el mercado exija el pago de un mayor interés por su colocación. Existen, además, otras incertidumbres, como son el hecho de que países como Holanda que exigen que el rescate lo apruebe su parlamento ó la exigencia de ajustes adicionales por parte de la economía española, que en caso de incumplimiento acabarían con la línea de crédito. En última instancia, en todos los países rescatados se incrementó su prima de riesgo. ¿Por qué España iba a ser diferente? Creo que hay que armarse de paciencia y en la medida que se despejen todas estas dudas y se vayan cumpliendo los objetivos, la prima de riesgo volverá a cotizar a precios razonables. Paciencia

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