Vía crucis más allá de la Semana Santa

Los españoles nos hemos ido de Semana Santa en busca de descanso. Después de varios años de crisis, los días anteriores a Semana Santa han vuelto a poner a prueba los nervios de los inversores, con la prima de riesgo con Alemania disparada. Los rescates europeos no funcionan. Ayer volvieron a dispararse los costes de la deuda griega y portuguesa. Son dos países sin crecimiento y sin empresas, incapaces de devolver todo lo que se han gastado en estos últimos años. La misma sospecha que se cierne sobre la economía española. Seamos sinceros, es necesario reestructurar la deuda de estos países cuanto antes, al igual que ocurre cuando una empresa entra en concurso de acreedores. Francia y Alemania no quieren ni oír hablar de ello porque sus bancos serían los grandes paganos. Pero, por otro lado, se niegan a poner más dinero para estas naciones. No se puede estar en misa y repicando, como se suele decir. Alargar la actual incertidumbre no puede conducirnos más que a prolongar la agonía de la economía europea y, de paso, a algún susto inesperado: el rescate español. El vía crucis no acabará con la Semana Santa.

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