Economía sumergida
El viernes el consejo de ministros va a aprobar un plan para aflorar economía sumergida, que significa que usted y yo vamos a pagar los cascos rotos, de que miles de empresas en este país tengan empleados ilegales por los que no pagan impuestos. La broma puede costarnos unos 82.000 milllones. La cuestión es a qué se dedican los inspectores de Trabajo. Tengo la impresión que están más ocupados en revisar hasta la última coma de las empresas que cumplen con el Fisco religiosamente que a descubrir los pufos. Y así nos va. El crecimiento de la economía sumergida es el fruto, además, de las pésimas condiciones económicas. Las empresas no realizan contratos estables porque no tienen una demanda duradera. La única manera de combatir este tipo de prácticas es logrando que se enderece la economía y para eso sólo hay un camino: hacer reformas. Lo demás, está condenado al fracaso.