Rato sigue bajo sospecha

El Banco de España da por buenas las cuentas de Rato en Bankia pese a que varios de sus inspectores las habían echado por tierra, dando soporte a la investigación judicial abierta sobre su actuación. Era algo cantado en el sector. El problema de Rato no es el de su gestión al frente de la entidad financiera, que pudo ser desacertada, pero desde luego dentro de la legalidad. El problema es que aprovechó su situación de presidente para beneficiarse de las tarjetas ‘black’  y luego dio contratos publicitarios a su presunto testaferro, al que a su vez facturaba a una de sus sociedades por servicios profesionales, según él. Una maniobra sospechosa que es impropio del presidente de una gran entidad financiera y, sobre todo, de una persona considerada como uno de los prohombres de la economía española en la última década.

Los comentarios están cerrados.