¿y ahora qué?

La victoria del no a la propuesta de los acreedores en Grecia abre una etapa complicada, pero no conduce obligatoriamente a la salida del euro. El primer ministro, Alexis Tsipras, quiere volver a la mesa de negociaciones en los próximos días. Los puntos del acuerdo estaban muy cercanos y la principal diferencia está en la quita del 30 por ciento de la deuda, que pide Grecia. Una propuesta avalada por el FMI durante la campaña, en un gesto que es visto como un capote para la campaña del ‘no’ por parte de Estados Unidos. Grecia ya se benefició de una quita de deuda al comienzo de la crisis. Europa habló de esta posibilidad, pero después de alcanzar el acuerdo sobre los ajustes. No parece, conociendo a Merkel, que vaya a cambiar de posición, porque podría abrir la caja de pandora en otros países como Portugal, cuya deuda equivale al 130 por ciento del PIB. En realidad, se abre un plazo hasta el día 20 de julio para lograr de nuevo un compromiso. En esa fecha vence un pago de 3.500 millones al Banco Central Europeo (BCE). Si Grecia tampoco paga, el BCE no podrá seguir suministrando liquidez al país, que está ya al borde del colapso y su salida del euro será irreversible.

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