Un gran Rey
La abdicación del Rey nos ha cogido por sorpresa a todos. Los comentarios más comunes sobre la causa de su abdicación van desde una grave enfermedad a los escándalos que han perjudicado su imagen en los últimos meses. Sin embargo, creo que es justo reconocer que cuando uno hace balance son inmensamente mayoritarios los aspectos positivos que los negativos. El progreso económico español es debido en gran parte a él, que fue impulsor de los Pactos de la Moncloa después de contribuir a la instauración definitiva de la democracia. El Rey es y ha sido el gran embajador de España en el extranjero, como se demostró en los últimos meses, con sus viajes a los países árabes. Su decisión de irse ahora, con tiempo para guíar a su hijo el Príncipe Felipe, es una muestra más de sensatez y que contribuirá a la estabilidad del país. La renovación en estos momentos convulsos tanto desde el punto de vista político como económico marca el camino a los que deberían hacer otros políticos.