Alemania siempre gana
Después de la euforia llega el bajón o, mejor dicho, después de la victoria, la derrota. Ese es el sabor que queda de la cumbre celebrada el 28 y 29 de junio, en la que parecía que España había comenzado, por fin, a solventar sus problemas al lograr ayuda directa para los bancos. Después de una semana en la que los ‘hombres rubios’ se aplicaron en desdecirse de sus compromisos anteriores, el ministro alemán de Finanzas, Schauble, remata la jugada, al sentenciar que los bancos españoles recibirán sus ayudas directamente de Europa cuando esté en marcha la Unión Bancaria, a finales de 2013 o en 2014. Una gran habilidad para darle la vuelta al calcetín, ya que este es uno de los objetivos germanos, con lo que logra el apoyo del Sur para sus propuestas. El problema es que la Unión Europea es una especia de Babel en la que el entendimiento es escaso y avanzar un palmo cuesta demasido tiempo. Schauble se reconcilia con sus electores y pone toda la presión sobre Rajoy para que entre el miércoles y el viernes deje a los españoles temblando con un ajuste de aquí no de menees. Eso está bien como estrategia, lo peor es que el ajuste no servirá ante los mercados, que han sentenciado a España. Si los préstamos a la banca deben ser computados como deuda soberana, es difícil que la prima de riesgo baje de 500. Un nivel insostenible que nos acerca al siguiente rescate, el de la economía total. La cumbre sólo sirvió para aplazar de julio a diciembre o enero de 2013 lo inevitable. Veremos. Alemania, como la banca, siempre gana.