Banca y finanzas

El Banco de Irlanda rescata la sede 'fantasma' del quebrado Anglo Irish, epítome de su burbuja

  • Los medios irlandeses critican algunos lujos que tiene el nuevo edificio
  • Compró la estructura a medio construir por 7 millones de euros
  • El supervisor ha invertido 140 millones en la reconstrucción
Nueva sede del Banco de Irlanda, durante su construcción. // Foto: Getty

elEconomista.es

Antes de que la crisis financiera se llevara por delante al Anglo Irish Bank, la que hoy será la nueva sede del Banco Central de Irlanda iba a ser la flamante buque insignia del principal entidad financiera del país. Con la caída del banco, la estructura del edificio a medio construir fue el símbolo del rescate irlandés, que paso a manos del banco malo.

A orillas del río Liffey luce la nueva de sede del Banco de Irlanda, que será inaugurada en menos de dos meses. El edificio forma parte de la historia reciente del país y de la actual recuperación económica. La torre de siete pisos inicialmente estaba diseñada para que fuera la principal instalación del Anglo Irish Bank. Pero la crisis financiera que estalló en 2008 golpeó con fuerza a uno de los principales bancos del país, que tuvo que ser nacionalizado por 29.000 millones de euros, la mayor quiebra de una entidad financiera en Irlanda. El esqueleto del edificio, a medio construir, quedó como la imagen de la crisis económica que atravesó el país.

La estructura llena de andamios y grúas fue uno de los miles de activos que pasaron a manos de la sociedad National Asset Management Agency (NAMA), más conocido como el banco malo, que creo el Estado para limpiar el balance del sistema financiero. El consejero delegado, Brendan McDonagh, ha bromeado, en más de una ocasión, pasada la crisis, que los turistas pedían a los taxistas pasar por delante de las obras para hacerles fotos.

El Banco de Irlanda pensó que sería buena idea mudar su histórica sede de Dame Street a la que iba a ser la sede del Anglo Irish Bank para borrar de forma definitiva el icono de la crisis y abrir de manera metafórica una nueva etapa económica. El supervisor adquirió la estructura por siete millones de euros y ha invertido en total 140 millones.

Un banco sin dinero

Las obras han durado algo menos de dos años y conservan alguno de los lujos que iban destinados para la plantilla del Anglo Irish Bank. Según algunas crónicas de medios locales, los interiores han conservado los azulejos de porcelana y de piedra caliza irlandesa. Además de criticar el lujo de las instalaciones ponen el acento en el brillo que ofrece el edificio exteriormente por sus acabados en bronce.

Hoy se ha abierto para enseñar el edificio a la prensa y solo hay instalados unos pocos trabajadores de la plantilla que asciende a casi 1.500 personas. El resto se mudarán a finales de abril. El edificio también cuenta con una espectacular azotea ajardinada y la zona central interior está presidida por escaleras que recuerda a los grabados de Escher.

Los cafés y restaurantes tienen toques futuristas y no aceptan dinero en efectivo. Otra peculiaridad es que la nueva sede del Banco de Irlanda no albergará las cámaras de dinero, que suelen tener los bancos centrales, y se mantendrán en Dame Street.

Del Anglo Irish Bank ya no quedan los cimientos. Tras recibir los 29.000 millones, que supusieron gran parte de los 85.000 millones que pidió Irlanda a Bruselas, la entidad fue integrada junto al Irish Nationwide Building en el Irish Bank Resolution Corporation (IBRC) creada para liquidar los activos de ambas entidades.