Una decena de bancos todavía sufre pérdidas operativas en España
- Destacan los números rojos de Catalunya Banc, BMN y Deutsche Bank
La banca aún no ha levantado cabeza, aunque ha enfilado el inicio de su recuperación. Tras un 2012 horribilis debido al impresionante esfuerzo de saneamiento, el año que acaba de terminar ha sido mejor en términos generales. De manera particular, en algunos casos, ha sido incluso peor.
Una decena de entidades registra aún pérdidas operativas, según los balances presentados por las patronales AEB y CECA, que engloban a la práctica totalidad del sector. El negocio todavía no despega, la morosidad continúa al alza y el Gobierno ha exigido nuevas provisiones para créditos refinanciados.
En la lista de grupos que presenta a septiembre números rojos en sus resultados antes de impuestos se encuentran no sólo las nacionalizadas Catalunya Banc y BMN, sino que también hay filiales de relevantes multinacionales extranjeras, como la de Deutsche Bank. En esta situación también se podría incluir a BBVA y al Santander por su actividad en nuestro país teniendo en cuenta el negocio inmobiliario.
La devolución de impuestos, debido a los denominados créditos fiscales, permite que estos agujeros se mermen y, en algunos casos, se consigan ganancias en las rúbrica del beneficio neto. Este es el caso de Liberbank.
La falta de recuperación ha obligado a fuertes ajustes. El ejemplo más claro es el de Caixa Geral, que continúa en pérdidas operativas. La división del grupo portugués ha tenido que poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para el 36 por ciento de la plantilla. En otros casos, más drásticos aún, se ha procedido a su venta, como Banco Gallego, que ha sido adjudicado al Sabadell con ayudas públicas.
La lista de entidades que sufren números rojos la completan los modestos Pichincha, RBC Dexia y Privat Bank, cuyos agujeros superan apenas los 2 millones en conjunto.
Recuperación
En los nueve primeros meses del año pasado otros grupos han conseguido dar la vuelta a su situación. En septiembre de 2012 había casi veinte que presentaban resultados operativos negativos. La nacionalizada y recientemente adjudicada Novagalicia ofrece ya ganancias. Lo mismo ha conseguido la ayudada Caja España-Duero (Ceiss) o las más capitalizadas La Caixa y Sabadell.
Las menores dotaciones para sanear el balance y los extraordinarios por ventas de activos estratégicos han impulsado de manera general las cifras del sistema. Tal es así que, según datos del Banco de España, el resultado antes de impuesto por el negocio en nuestro país ha pasado de unas pérdidas de más de 22.000 millones en septiembre de 2012 a unos beneficios de 4.775 millones en el mismo mes del año pasado. Los créditos fiscales elevan aún más las ganancias netas, hasta casi 5.900 millones.
El sector continúa registrando caídas de márgenes por baja actividad y por los altos tipos de interés pagados en el pasado por los depósitos. Para el ejercicio que empieza, las entidades son más optimistas. Primero, porque aventuran una mejora clara de los ingresos al trasladar ya a su cartera el pago de menos intereses por el ahorro de los clientes y por una tímida recuperación del negocio fruto de la reactivación de la economía.
Además, los banqueros esperan entradas más bajas de la morosidad. En el mejor de los casos atisban para el final de 2014 el fin de la subida de los morosos.
A pesar de estas previsiones más optimistas, el sector prefiere ser cauto, ya que todavía hay demasiadas incertidumbres y asuntos por cerrar. Lo más destacado será el nuevo test de estrés que tendrá que afrontar. El BCE evaluará la salud de las entidades europeas, entre ellas las españolas, antes de asumir la supervisión única. En estas pruebas el organismo comunitario podría aplicar quitas a la deuda soberana, hecho que podría suponer déficit de capital en algún grupo.
Como grandes tareas pendientes se sitúan la culminación del proceso de reestructuración con la venta de Catalunya Banc y la absorción de Ceiss por parte de Unicaja.