Banca y finanzas

Warren Buffet juega en todos los campos y puja por el Nothern Rock

    Warren Buffet donó el 83 por ciento de su fortuna a la fundación de Melinda y Bill Gates <i>Foto: Archivo</i>


    Desde filántropo hasta dibujo animado, Warren Buffet ha jugado a la perfección cada papel que se ha propuesto desempeñar en su vida. Por supuesto, ni que decir tiene que sus cualidades como inversor le han erigido como la vaca sagrada de las finanzas. Sin embargo, últimamente parece que a este chaval de 77 años le ha dado por el deporte, algo que promete marcar tendencia a este lado del Atlántico.

    Si el capitán de Berkshire Hathaway no dudó en comerse un par de hamburguesas con Lebron James, una de las superestrellas de la NBA, y, de paso, batirle en la cancha, tampoco ha tenido reparos en guiar a su buen amigo, Alex Rodríguez, alias A-Rod, en su retorno al equipo de béisbol de los New York Yankees. Su penúltima gran aventura podría ser la apuesta personal por el banco inglés Nothern Rock, en el que hay interesados en este momento tres consorcios.

    Mago o maestro

    Llámenlo mago, maestro o cualquier otro adjetivo que les venga a la mente. Lo cierto es que Buffett tiene un don en esto de los negocios. De hecho, comenzó a sacar provecho a sus inversiones a la tierna edad de seis años, cuando compró un paquete de seis Coca-Colas en la tienda de su abuelo y las revendió posteriormente, llevándose un cinco por ciento de beneficio.

    Cinco años más tarde, invirtió buena parte de sus ahorros en comprar tres acciones de Cities Service a 38 dólares por título. Pese a que nada más desembolsar el dinero las participaciones se desplomaron hasta los 27 dólares, Buffett aguantó estoico hasta que éstas se recuperaron y tocaron los 40 dólares para venderlas. Sin embargo, su primer tropiezo, y mayor lección de cara al futuro, fue no esperar un poco más, ya que las acciones pronto sobrepasaron los 200 dólares.

    Desde entonces, el oráculo de Omaha, su ciudad natal que además acoge la sede de su empresa, aprendió que la paciencia es una virtud. A falta de chofer, no es raro verle conducir su Cadillac DTS por las calles de Omaha o comer un buen bistec, poco hecho, en Gorat's, su restaurante favorito. Sorprendentemente, el empresario es el único humano que parece sobrevivir sin móviles u ordenadores a su alrededor.

    Corazón de oro

    Mientras en las altas esferas del corporate norteamericano, los consejeros delegados se compran a precio de oro, alrededor de nueve millones de dólares de media, el que ha sido nombrado por la revista Time como una de las cien personas más influyentes del mundo cobra anualmente 100.000 dólares de sueldo, algo que en Wall Street suena a mera calderilla.

    Su espíritu altruista culminó cuando en junio del año pasado donó el 83 por ciento de su fortuna a la Fundación Melinda y Bill Gates, dos de sus mejores amigos. Buffett no posee el espíritu caníbal de los inversores. A través de su holding Berkshire Hathaway, entra y sale a su antojo en el accionariado de los grupos empresariales.