Banca y finanzas

Unicaja debate el modelo de gobernanza tras el plan de cambio de los dominicales

  • El consejo de ayer tomó en consideración los nombres propuestos por la Fundación

Lucía Gómez

La Fundación Unicaja sigue adelante con el cambio de sus representantes en el consejo de administración de la entidad financiera malagueña. La reunión del máximo órgano de la entidad celebrado ayer, según confirman fuentes conocedoras a elEconomista.es, fue "pacífica" y tomó en consideración la elección de los cuatro consejeros que sustituirán a los actuales, si bien durante la misma también se puso sobre la mesa el modelo de gobernanza de la entidad financiera.

Cabe recordar que, como adelantó este medio, la Fundación Unicaja pedirá en la próxima junta ordinaria de accionistas el cambio de sus cuatro representantes -Teresa Sáez, Petra Mateos y Manuel Muela, que se mantienen en el cargo, y Juan Fraile, que dimitió de su cargo hace unas semanas- por otros, al entender que existe una pérdida de confianza manifiesta desde hace ya varios meses. Los cuatro nombres que les sustituirán, si los accionistas del banco y el Banco Central Europeo (BCE) lo aprueban, serán Miguel González Moreno, Juan Antonio Izaguirre Ventosa, Natalia Sánchez Romero y José Ramón Sánchez Serrano, todos ellos candidatos a consejeros de acento malagueño.

En cambio, existe un importante reto con los plazos que se requieren para llevar a cabo este cambio y que podrían interferir con los objetivos de la Fundación Unicaja para con el banco. Si las cosas se desarrollan según lo previsto, la junta de accionistas ordinaria -método elegido para hacer la sucesión de la forma más pacífica posible- se celebraría a finales de marzo o principios de abril. Una vez que se lleve a cabo el cambio, deben recibir el fit & proper -el visto bueno a la idoneidad- por parte del regulador europeo.

Este proceso suele tardar unos cuatro meses. Por ello, la intención última del máximo accionista del banco era situar en el consejo a vocales afines a Azuaga antes de julio de 2023, fecha fijada como tope en los pactos de fusión para redistribuir los poderes en la cúpula de la entidad. Y es que cuando Unicaja y Liberbank pactaron su integración se dieron un máximo de dos años para que el presidente transfiriese la función ejecutiva al consejero delegado, cumpliendo así el esquema de gobierno que exige el Banco Central Europeo (BCE) a la banca, y para entonces también tendría que promoverse una reevaluación de Manuel Menéndez.

Ahora, tras la reunión del máximo órgano del banco celebrada ayer, las fuerzas están divididas de cara a las votaciones, si bien fuentes financieras señalan que mantienen el objetivo de conseguir el ok del BCE para julio y llegar a tiempo a la votación.