Baloncesto

El descarte



    Hace años comentaba Luis García Berlanga, en un debate sobre la película El Verdugo, que en su cine había una constante en la que "un individuo se encuentra con un status determinado frente a la sociedad, frente a sí mismo, y a lo largo de la película hay un momento que cree que va a mejorar y al final termina estando en la misma situación inicial, cuando no en una situación peor". Carlos Suárez ha vivido un proceso parecido al de un personaje de Berlanga en su trayecto hasta ser descartado para disputar el Eurobasket de Lituania.

    Después de realizar una buena temporada con el Real Madrid declaró en varios medios de comunicación que le habían asegurado una plaza en el equipo; más tarde se filtró que no estaba entrenando excesivamente bien; y finalmente -en una decisión que se ha prolongado en exceso- se ha anunciado que él es el descarte del combinado que dirige Sergio Scariolo. Por tercera vez consecutiva el de Aranjuez se queda fuera de la lista definitiva de la selección española de baloncesto. Un decisión dolorosa para todos, pero especialmente, como es evidente, para el jugador.

    Lo cierto es que en el debate sobre quiénes serían los elegidos para disputar el torneo europeo, la sensación que trasmitían Carlos Suárez, Victor Claver, y, en menor medida, Victor Sada, era de permanente angustia. Cuesta entender como habiendo una convocatoria de quince jugadores para doce puestos, el trabajo por generar un ambiente inclusivo en el equipo no ha terminado de fraguar, o no se ha sabido trasmitir de cara al exterior.

    No se ha logrado porque se puso nombre y apellidos desde el primer día a los que se rifaban el billete de vuelta, porque varios de ellos hablaron con la prensa para asegurarse un puesto, y porque en los partidos de preparación ya se intuía que, dentro o fuera del equipo, su papel sería secundario respecto al resto de jugadores. Da la impresión que ha sido Carlos Suárez como podía haber sido Claver o Victor Sada, y la explicación técnica de la elección no se termina de entender. La posición de tres la cubrirán Rudy Fernández y Fernando San Emeterio, jugadores que no tienen las características de Suárez para jugar en ese puesto.

    Pero los tres (Suárez, Claver, y Sada) tendrán un lugar en la selección antes o después, cuando Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón, Felipe Reyes, o Pau Gasol decidan colgar las botas. Será importante unir cuanto antes para la causa a jugadores destinados a tener un rol importante en pocos años. No necesariamente como finalistas del concurso de miss selección española que hemos vivido estos días, pero si como parte de un grupo amplio destinado a las mayores glorias deportivas del baloncesto de nuestro país. De lo contrario uno tiene la sensación de que, como a Nino Manfredi en El Verdugo, la situación de Carlos Suárez es igual o peor que la que podía tener antes de ser llamado para el puesto. Y eso no es bueno.

    Jacobo Rivero (@sputnikjkb) autor del blog especializado Sputnik basket blog