Asia

¿Y si los Juegos Olímpicos de Pekín acaban siendo un fiasco?



    China entra mañana en su definitiva cuenta atrás: un mes para la gran cita de los Juegos Olímpicos de Pekín (en la que finalmente Sarkozy y Bush han confirmado su asistencia). Durante los últimos siete años, el gigante asiático no ha escatimado esfuerzos para superar con éxito la que muy probablemente sea su mayor reválida internacional desde la fundación de la República Popular en 1949.

    El esfuerzo económico ha sido titánico: 40.000 millones de dólares (25.500 millones de euros) -más del doble que Atenas 2004- para presentar credenciales y lanzar al mundo un inequívoco mensaje del poderío chino. Con la cita olímpica, el anfitrión reclama su irrupción como la superpotencia del futuro.

    La visión política

    Pocos dudan, por tanto, sobre las intenciones que movieron al Gobierno chino cuando presentó su candidatura para albergar los Juegos de 2008. Sin duda, proyectar internacionalmente la imagen moderna de la nueva China; pero el éxito olímpico conllevaría también la legitimación inmediata del Partido Comunista ante su pueblo.

    Desde la óptica china, no hay más claves. "Hasta cierto punto, todo tiene que ver con justificar por qué el Partido Comunista tiene el monopolio del poder. Los JJOO son el vehículo perfecto para apoyar la versión oficial", explica Xiao Qiang, activista y profesor en la Universidad de Berkeley.

    Riesgos posibles

    Pero, ¿qué ocurre si algo sale mal? ¿Y si Pekín 2008 acaba en fiasco? A un mes de la ceremonia de inauguración, en la capital china se respira, a la vez, una mezcla de euforia y nerviosismo preolímpicos. Los riesgos son perfectamente visibles. Por un lado, los relativos a seguridad: cómo reaccionará el régimen chino si se producen protestas masivas o acciones de disidentes o grupos activistas, incluido el Falun Gong.

    El Gobierno alerta también del riesgo de atentados terroristas. Y tampoco hay que descartar complicaciones por contaminación excesiva, inseguridad alimentaria o dopaje.

    "Un gran fiasco tendría un importante impacto político, mediático y en imagen, pero sería poco importante a nivel económico", pronostica Eduardo Morcillo, director de InterChina Consulting. En comparación, las consecuencias serían muy distintas a las sufridas después de la masacre de Tiananmen. "China estaba al principio del ciclo, con un modelo y unas necesidades diferentes.

    Ahora, el ciclo se ha acabado y China es mucho más fuerte que entonces", apunta. Otros analistas, sin embargo, creen que un fracaso olímpico afectará decisivamente a la confianza. "Si pasa algo realmente malo, influirá en la confianza de la gente en la economía, y eso debería tener un reflejo en la bolsa", advierte a este diario Zhang Xiuqi, analista de Guotai Junan Securities.

    ¿Recesión tras las Olimpiadas?

    Cuestión distinta es si la economía china sufrirá, como casi todos los países anfitriones, la correspondiente resaca olímpica. La mayoría de expertos descartan esta posibilidad con el argumento de que los Juegos son económicamente demasiado pequeños frente al inmenso tamaño de China. Aunque se frene la inversión y se ralentice el consumo en el año post-olímpico, el impacto será mínimo, aseguran.

    Sin embargo, otros apuntan que el impacto será indirecto. "En favor de un evento perfecto, se han aplazado determinadas medidas económicas hasta después de las Olimpiadas. Así, los tipos de interés tendrán que subirlos más y durante más tiempo, por lo que el impacto en el crecimiento será mayor que si el ajuste se hubiera hecho antes", escribe el analista Tom Holland en el South China Morning Post.

    En la misma dirección, Morcillo apunta que "el Gobierno no ha echado toda la carne en el asador en lo referente al calentamiento de la economía, para no implementar medidas impopulares antes de los JJOO. Ahora se verá obligado a ello por la alta inflación". En el primer semestre, además de la inflación, se ha visto afectado el comercio exterior por la apreciación del yuan, el incremento de costes y una menor demanda del extranjero. InterChina prevé una desaceleración de la cuarta economía del mundo independientemente de los Juegos Olímpicos.

    Reformas estructurales

    "El tránsito de una economía productiva orientada a la exportación a una de consumo implicará reformas estructurales que impactarán en los costes y en los márgenes. Muchas empresas cerrarán, se incrementará el paro a corto plazo y entraremos en un ciclo de menor crecimiento, del 11 por ciento al 7-8 por ciento", vaticina Morcillo. Mientras todo eso ocurre, ¿cuál es la situación actual? ¿Está viendo la capital china un retorno inmediato a su inversión? Aunque es pronto para las conclusiones, de momento las cosas se antojan muy frustrantes para uno de los sectores que mayor beneficio debería sacar de las Olimpiadas: el turismo.

    A mes y medio de la cita, únicamente el 44 por ciento de las habitaciones de los hoteles de cuatro estrellas y el 77 por ciento de los de cinco están ya reservadas, según el Buró de Turismo de Pekín. La política de concesión de visados, endurecida por la obsesión de las autoridades por la seguridad, está poniendo en peligro el flujo esperado de medio millón de turistas.