Aragón

El conflicto catalán no frena la economía de Aragón: cerrará 2018 creciendo el 3,1%

    Foto: Eva Sereno

    Eva Sereno
    Zaragoza,

    La comunidad aragonesa cerrará el año 2018 con un crecimiento del PIB del 3,1%. El impacto del conflicto catalán en la economía aragonesa ha sido inferior de lo que inicialmente se esperaba. Para 2019, las expectativas son también favorables, pero se dejará sentir la desaceleración económica, estimándose que el PIB aragonés crecerá el 2,7%, según se recoge en el Avance de Económico 2018 de CEOE Aragón.

    La economía aragonesa ha tenido una evolución positiva a lo largo de 2018, estimándose que se cerrará el año en torno al 3% o 3,1%. La situación de Cataluña con su intento secesionista no ha hecho especial mella en la economía aragonesa. En varios informes económicos, se cifraba su impacto en una décima del PIB de Aragón, pero "el impacto de Cataluña ha sido menor de lo esperado", según ha explicado Fernando Callizo, presidente de CEOE Aragón, durante la presentación del Avance Económico 2018 que realiza la organización empresarial.

    Este menor impacto en la economía aragonesa se ha producido en 2018 porque la situación entre las empresas y las relaciones comerciales y económicas entre ambas comunidades "se está estabilizando", pero no precisamente porque la situación política se haya normalizado, sino por el "hartazgo absoluto del sector empresarial y de la sociedad en su conjunto".

    El crecimiento de Aragón en 2018 ha venido sobre todo de sectores como la construcción y los bienes de equipo por el lado de la demanda interna. En todos los sectores se ha producido aumento del Valor Añadido Bruto (VAB), aunque es la construcción donde mejor evolución se ha registrado, mientras en la industria se ha producido una cierta moderación.

    El año 2018 también se caracteriza por experimentar el consumo privado un aumento importante relacionado a su vez con el incremento de las importaciones -que han crecido el 10,2%-, mientras las exportaciones han caído el 3,3% como consecuencia del descenso de la demanda interna y la situación que atraviesa diferentes países de Europa -es el principal cliente exterior de Aragón-, como Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido, en este último caso por el Brexit.

    Con este descenso de las exportaciones, Aragón registra déficit en la balanza comercial -abandonando el superávit que venía manteniendo-, y pasa a tener una tasa de cobertura del 98%. Unos ratios que se han producido a pesar de haber 4.081 empresas que exportan (un 3% más).

    Además, en este año 2018, se observa que en el mercado laboral se ha suavizado el ritmo de la caída de desempleo, aparte de bajar el número de autónomos, haber una menor tasa de contratación y desacelerarse la subida de la afiliación. Pese a ello, Aragón ha registrado una mejor evolución que en España, al situarse la tasa de paro en el 9,87% en el tercer trimestre del año, lo que supone 4,6 puntos por debajo de la media española.

    El punto débil de la economía aragonesa es la reducción del déficit de las cuentas públicas, ya que el "ajuste se ha hecho por los ingresos por impuestos y no por el control del gasto público que demandamos los empresarios y que es imprescindible".

    Crecimiento del 2,7% en 2019

    Con esta base de 2018, Aragón encarará un año 2019 en el que la evolución de la economía será también positiva, aunque se notará la desaceleración. De hecho, las estimaciones económicas de CEOE Aragón apuntan a un 2,7% de crecimiento del PIB, en línea con los datos aportados con otros informes económicos como el de BBVA.

    "Vamos a seguir creciendo, pero dentro de esa desaceleración. Creceremos, pero menos de lo previsto", aparte de reducirse el diferencial que se venía manteniendo con el crecimiento del PIB de España para el que se estima el 2,6% en 2019. Además, se notará también una desaceleración en la generación de empleo.

    La economía aragonesa se verá también afectada por los riesgos internacionales y también nacionales como el problema de Cataluña y la situación "convulsa" que se vive en el conjunto del país y que ya se ha dejado sentir en 2018 con el cambio de Gobierno central, pasando a tener un ejecutivo formado por un grupo "con el menor apoyo político de la historia con 87 diputados. Es una situación convulsa que retrotrae la inversión y eso es el punto de trabajo que perdemos mañana".

    Pero, además, la economía aragonesa estará expuesta a riesgos internacionales como las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania, el Brexit, la subida de tipos por parte del Banco Central Europeo y las tensiones de países como Francia, Italia y Alemania, así como el menor crecimiento de otras economías como la China o los problemas que pueden producirse en Estados Unidos ante la necesidad de replantear sus políticas para mantener su ritmo de crecimiento y la aparición de posibles tensiones salariales por la necesidad de más mano de obra y las restricciones migratorias, lo que puede derivar en un problema futuro.

    Propuestas para dinamizar la economía

    Dentro de este contexto, desde CEOE Aragón se ha elaborado una serie de medidas para apoyar la actividad empresarial, que están siendo presentadas a las diferentes formaciones políticas con el fin de que puedan integrarse en sus programas políticos electorales.

    Dentro de ellas, figura, por ejemplo, promover la internacionalización, la I+D+i y la digitalización, además de agilizar y aumentar la inversión en infraestructuras (carreteras, ferrocarril, banda ancha...), tener estabilidad normativa e institucional o el ajuste entre educación y formación y mercado laboral, entre otras.