Aragón

Llega Neurofeedback Zaragoza para entrenar el cerebro y mejorar las capacidades profesionales


    Eva Sereno

    A través de esta avanzada técnica científica, se puede mejorar la inventiva de las personas, así como su capacidad de atención y motivación y aumentar el cociente intelectual, entre otros beneficios que perduran a lo largo de los años.

    Estrés, ansiedad, necesidad de ser más meticuloso o más creativo para desarrollar un determinado trabajo son algunas de las capacidades que pueden mejorarse con el Neurofeedback.

    Una técnica científica que se comenzó a emplear en Estados Unidos en la década de los 60, aunque no fue hasta finales de los años 90 cuando se comenzó a utilizar en las consultas privadas por la potencia de los ordenadores y que ya está disponible en Aragón de la mano de Neurofeedback Zaragoza.

    A pesar de su trayectoria de más de 50 años, el Neurofeedback es todavía bastante desconocido en España y, en Zaragoza. En concreto, tras este término está una avanzada técnica científica, que se basa en la encefalografía.

    Esta técnica, en la práctica, consiste en "hacer un mapeo del cerebro". De esta manera, se hace una observación y medición de la actividad de las ondas cerebrales para detectar posibles desequilibrios y modificarlos hacia patrones saludables o eficaces, según ha explicado Manuel Olalla, responsable de Neurofeedback Zaragoza, a elEconomista.es

    Estas modificaciones se realizan a través de un entrenamiento cerebral "que es personalizado" con el que se consigue mejorar el funcionamiento del cerebro en aquellas áreas en las que se necesita. Un aprendizaje que es posible porque el cerebro tiene capacidad para aumentar o disminuir el número e intensidad de conexiones neuronales y reorganizar su actividad y rendimiento.

    Esta técnica científica se puede utilizar en diferentes áreas. Por ejemplo, en el ámbito de la salud es idónea para el autismo, síndrome de Down o TDAH, aparte de haberse comprobado que es eficaz en la rehabilitación cognitiva para casos de ictus, demencias o traumatismos cranoencefálicos. Igualmente, permite abordar el control de impulsos como los tics, el tabaquismo o el bruxismo y problemas físicos como las cefaleas, fibromialgias o convulsiones epilépticas.

    La eficacia del Neurofeedback también se ha constatado en personas con problemas de estrés, ansiedad y fobias, así como para mejorar capacidades y habilidades profesionales. "El cociente intelectual aumenta tras un año de trabajo con Neurofeedback".

    Sus aplicaciones en el ámbito laboral y profesional son aún mayores. "Soy empresario, ingeniero y psicólogo y conozco bien las necesidades de los ejecutivos y los trabajadores" en los que se aplica el Neurofeedback de forma totalmente personalizada.

    Cada persona "tiene unas necesidades específicas en el trabajo y esas capacidades dependen del puesto. Se hace el mapeo, luego se ve qué mejorar y se hace el programa de entrenamiento específico" para cambiar la actividad cerebral a través del procesamiento de señales con las que se recibe un feedback de si se hace bien o mal.

    Es un feedback cerebral. "Antes solo estaba la persona con la máquina de encefalografía". Sin embargo, ahora, se ha comprobado que "el cerebro aprende con solo identificar que se trabaja bien".

    El tiempo que una persona puede tardar en mejorar y notar los resultados varía. "Es un tema de aprendizaje y no todos tenemos la misma capacidad". No obstante, de media, se calcula que se deben realizar una media de 20 sesiones, aunque "tras la cuarta o quinta ya se va viendo cuántas se pueden precisar".

    Los beneficios que se consiguen con esta técnica son perdurables en el tiempo. "El aprendizaje es para siempre. Se mantienen los resultados durante años. Según estudios realizados, tras diez años se mantienen los mismos niveles que se habían alcanzado".

    Una efectividad que se puede conseguir a cualquier edad y en cualquier persona. Además, este método no conlleva efectos secundarios para el paciente. Tampoco es doloroso ni invasivo.