Aragón

Pirotecnia Zaragozana duplicará su facturación en diez años


    Eva Sereno

    La empresa ha presentado su nuevo proyecto para la capital zaragozana, que comprende la puesta en marcha de una nueva planta que se ubicará sobre una superficie de 60 hectáreas, y la recuperación de la actividad de las anteriores instalaciones en Garrapinillos en las que hace un año aconteció un accidente en el que fallecieron seis personas.

    El proyecto presentado por la compañía comprende una inversión de entre cinco y diez millones de euros, que se amortizarán en un período de diez años aproximadamente, y se articula en torno a cinco líneas en las que se aprovecharán los medios del grupo Etienne Lacroix, al que pertenece Pirotecnia Zaragozana.

    Dentro de estas líneas figuran la actividad logística de preparación y de realización de fuegos artificiales en el territorio nacional y de venta de productos importados o fabricados; la fabricación de artificios de entretenimiento de nueva generación no contaminantes y eco-compatibles; la creación de fuegos artificiales de entretenimiento tradicionales, diferenciados e innovadores; la fabricación de otros artificios como señales e iluminación y la generación de un centro de I+D.

    El plan de la empresa en Zaragoza se articulará en dos vertientes. Por un lado, se pretende recuperar las antiguas instalaciones de la compañía en Garrapinillos, además de ponerse en marcha una nueva planta que se ubicará también en la capital zaragozana sobre una superficie de 60 hectáreas, aunque no se ha desvelado su emplazamiento exacto.

    Además, estas nuevas instalaciones tendrán la particularidad de ser las más modernas de Europa y permitirán a su vez situar a la planta Zaragoza como líder en la fabricación de fuegos artificiales ecológicos.

    La previsión, según el proyecto presentado por el presidente del grupo, Etienne Barés, y el director general operativo de Pirotecnia Zaragozana, Bruno Houllier, es que en el año 2017 se abran las instalaciones de Garrapinillos tras su recuperación, que hasta entonces serán utilizadas como base comercial y de almacenamiento junto con la planta de Lucena del grupo empresarial.

    El proyecto de la nueva planta también comenzará en este año, estando previsto que después de 2018 inicie su actividad al transferirse la producción de los productos ecológicos de la firma, aparte de ponerse en marcha el centro de competencias técnicas.

    Posteriormente, en 2019 se iniciará la actividad industrial, mientras que en 2020 se hará el despliegue de la oferta del grupo en los mercados hispanos. En 2022, estará creada la gama completa de los artificios eco-compatibles.

    Los planes de la empresa permitirán volver a recuperar la actividad en Zaragoza y alcanzar unos niveles de facturación y de empleo similares a los previos del accidente, de manera que se estima que en cuatro años facturarán alrededor de cuatro millones de euros y se conformará una plantilla de 35 empleados.

    Unas cifras que se duplicarán en diez años, estimándose que la facturación se elevará hasta los ocho millones de euros y se alcanzarán los 70 trabajadores.