La recuperación de la economía será más intensa en Aragón con un crecimiento del PIB del 7,4% en 2021
- La ocupación podría aumentar ya en Aragón este año
- La previsión es que la tasa de desempleo se situé en el 13,4% en 2021 y en el 11,2% en 2022
- La escasez de determinados suministros en la industria se prevé que tenga un impacto nulo en el cómputo anual
Eva Sereno
Zaragoza,
El PIB de la comunidad aragonesa se prevé que crezca este año el 7,4% frente a la caída del 10,4% registrada en 2020, año marcado por la pandemia de la covid-19. Una recuperación que es mayor que en el conjunto de España, donde se prevé un crecimiento del PIB del 6,5%. El mercado de trabajo también tiene mejor evolución, aunque su consolidación llegará más tarde porque todavía pueden aflorar ERTEs.
La crisis originada por la pandemia de la covid-19 llevó a que Aragón cerrase el año 2020 con una caída del PIB del 10,4%. Un descenso que fue ligeramente inferior al experimentado en el territorio nacional, donde se produjo una caída del 10,8%, mostrando la economía aragonesa una mayor resistencia, lo que permite que las previsiones para los dos próximos ejercicios sean más favorables con una recuperación más intensa que en el resto de España.
En el año 2021, el PIB de Aragón se prevé que crezca el 7,4% en comparación con el 6,5% en España, mientras que en el ejercicio de 2022 se estima que la economía en la comunidad aragonesa crecerá el 6,6% frente al 6,9% del conjunto nacional. Son datos que, evidentemente, dependerán de la evolución y control de la pandemia, ya que por ejemplo la tercera y cuarta ola han contribuido a retrasar la recuperación.
En menor medida se prevé que pueda interferir la falta de determinados suministros a la industria, como sucede por ejemplo en sectores como la automoción. A pesar de que ya se refleja en el sector industrial con una contención en los meses de enero y febrero, se estima que se producirá un efecto rebrote en el segundo semestre por la demanda contenida como sucedió en 2020 en los meses del confinamiento por lo que el efecto neto sería cero o poco significativo en el conjunto del año. Tampoco se prevé un fuerte impacto de la inflación en el crecimiento económico como se vislumbraba a principios de 2021 por los últimos indicadores que apuntaban a que podía ser un año inflacionista.
La recepción de los fondos Next Generation de la Unión Europea permiten igualmente percibir una recuperación más intensa, así como el ahorro de las familias por las menores oportunidades de consumir por la pandemia, teniendo más posibilidades económicas de gastar cuando la coyuntura mejore.
En el mercado de trabajo, la evolución será positiva, aunque la consolidación de la recuperación se producirá más tarde. Para este año, se prevé que la tasa de desempleo se sitúe en el 13,4%, registrándose una ligera mejora frente al 13,5% de 2020. Pese a ello, Aragón registrará una mejor evolución que el conjunto nacional donde el desempleo se situará en el 17,2% este año. En el año 2022, la tasa de paro se podría situar en el 11,2% frente al 15,1% en el territorio nacional, según las previsiones recogidas en la revista de Economía Aragonesa de Ibercaja.
Esta mayor demora en el mercado de trabajo en relación al crecimiento económico se explica porque a lo largo de este ejercicio de 2021 "todavía puede aflorar algún ERTE", según ha indicado Santiago Martínez, responsable de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja. No obstante, la ocupación podría aumentar ya este año.
A pesar de esta mejor evolución, la recuperación de los niveles de PIB y de empleo previos a la crisis (año 2019) aún se tardarán en registrar tanto en Aragón como en España. En concreto, se prevé que se alcanzarán a finales de 2021 o principios de 2022 en el caso de la economía mientras que, en materia de empleo, se tendrá que esperar a finales del próximo año o bien a 2023.
La recuperación más intensa de la economía aragonesa responde a su "estructura productiva, que es dependiente de sectores más castigados por la crisis sanitaria, y las mejoras de competitividad obtenidas, gracias al esfuerzo inversor del último ciclo económico", explica Enrique Barbero, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Ibercaja.
Además, también ha influido la recuperación de los diferentes sectores de actividad. Entre los que mejor evolución ha tenido se encuentran el agropecuario, bienes de equipo e industria, así como la evolución de las exportaciones en las que no se ha producido el temido efecto Brexit o salida del Reino Unido de la Unión Europea.
El turismo, por el contrario, ha sido uno de los sectores que más ha sufrido, sobre todo, a partir de noviembre de 2020 por el turismo de nieve y las restricciones en la movilidad. También la hostelería se ha visto seriamente afectada con caídas del empleo del 50% en la comunidad aragonesa y una merma en la facturación de 1.100 millones de euros, una pérdida de valor añadido de 1.500 millones y una bajada de los beneficios de 60 millones de euros.
Los problemas en la economía
El año 2020 ha sido complicado para toda la economía mundial, aunque el presente es de recuperación y de perspectivas de la consolidación, añade Enrique Barbero. Dentro de este contexto, se observa que la Unión Europea se está quedando rezagada frente a China y Estados Unidos por los apoyos fiscales, reducción de impuestos y aumento del gasto público en niveles menos ambiciosos y unas medidas de restricción de la movilidad más drásticas.
En este escenario, España es además uno de los países en los que mayor impacto se ha registrado por la covid-19, estimándose una recuperación más intensa en el segundo semestre y ya de cara al año 2022, que se verá también impulsada por la llegada de los fondos europeos.
Sin embargo, la recuperación económica no va a ser suficiente para que cicatricen algunas heridas que han aparecido o intensificado con la recesión como es el caso del endeudamiento público, que se sitúa ya en niveles del 120% del PIB en España, así como la desigualdad en la distribución de la renta, que es un problema estructural. También será necesario focalizar esfuerzos para reconducir la tasa de paro, puesto que la consolidación de la recuperación del mercado de trabajo llegará más tarde.