Andalucía
"El vaivén en la normativa energética aleja las inversiones de Huelva"
- "La administración tiene que trabajar, tener los expedientes en plazo".
- "El 36 por ciento de paro no se reducirá sólo con hoteles y campos de golf".
- "Mi meta es que todas las plantas de la AIQBE sigan en marcha pese a la crisis".
Rafael Martínez-Cañavate, director de Cepsa en Huelva desde 2011, es además desde final del pasado año, el nuevo presidente de la patronal de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva (AIQBE). En su primera entrevista con un medio nacional, el directivo constata la buena salud relativa del sector industrial onubense y pide una apuesta decidida de las administraciones para elevar el peso de este sector.
P. Hace un año que se cambió el nombre de la asociación, añadiéndole la ?E? de energía. ¿Resultados de ello y perspectivas?
R. El cambio estaba justificado por las inversiones de los últimos años de Enagás, Gas Natural Fenosa, Endesa y, como culmen, la ampliación de la refinería de Cepsa. ¿Proyectos nuevos? Ahora mismo grandes proyectos como los citados, no los hay. Sí que estamos generando proyectos en fase de ideas, en todas las empresas, para que nos las aprueben nuestras matrices. Hay muchos, y se trata de proyectos de ampliación de producción, como en la planta petroquímica de Cepsa con la ampliación de la capacidad de fabricación de cumeno. Creo que esta es la razón de ser de quienes gestionamos estas instalaciones.
P. Atlatinc Copper, por ejemplo, tiene en mente ampliar su refinería de cobre...
R. Exactamente. Como ese podemos tener nosotros en la refinería y la petroquímica, pues diez o quince. Pero es mejor no anunciarlos porque si finalmente no se aprueban, parace que das marcha atrás. De cada veinte ideas, sale una. En función de las necesidades del mercado y de los precios, surgen ideas. Por eso el mundo de la química o la energía es tan activo, porque cualquier variación genera oportunidades. Luego es el inversor el que elige si se hace en una fábrica o en otra. La lucha de quienes estamos en esta zona es demostrar que invertir aquí es mejor que hacerlo en otro lugar.
P. Tras el caso de Fertinagro, que ha supuesto la primera llegada de un nuevo actor al Polo tras la salida de otros como Foret o Nilefós, ¿hay otras nombres nuevos interesados?
R. A mí como presidente, cargo en el que llevo dos meses, y antes como miembro de AIQBE, no nos han llegado directamente nombres de nuevas empresas. Lo cual no significa que no suenen proyectos, pero no de forma oficial.
P. ¿Qué potencialidades tiene Huelva para atraer inversiones?
R. Lo primero, el puerto con mayor extensión de España, situado además en una zona óptima para enlazar con África y Latinoamérica. Tenemos además una riqueza de materias primas, incluidas las mineras, tremenda. Y, de la situación de hace unas décadas en la que éramos fondo de saco de las infraestructuras energéticas de España, hoy tenemos de las mejores infraestructuras precisamente por los proyectos de Endesa, Enagás, Cepsa o Gas Natural Fenosa en el polo. Somos también una provincia poco poblada, en torno a medio millón de habitantes, con dos tercios del territorio protegido, lo cual es un lujo. Tenemos agua. Son bondades que ya aprecia quien está aquí instalado y que deben de ir a venderse a otro. Y esto es una labor de las administraciones.
P. ¿Qué debería de ocurrir para hacer esta zona más atractiva?
R. Esto ya es una opinión mía muy particular, porque en este tema puede haber mucha diversidad de criterios. Se trata de un tema de oportunidad. En el mundo energético hay pocos jugadores. Hay energía acumulable y no acumulable. En toda España, desde 2007 se han desplomado las previsiones de crecimiento. En la no acumulable, hay una infraestructura que cubre muy bien la demanda y se paran las inversiones. Más aún con el crecimiento de las energías alternativas. Y quienes podemos acumularla, estamos exportando y con ello mantenemos nuestra actividad. Esto demuestra nuestra competitividad, que somos punteros en tecnología y accedemos a mercados antes desconocidos. Aunque esto reduce nuestro margen, y a largo plazo esto provoca que haya menos recursos para inversiones. Todas las empresas de AIQBE están aguantando la crisis, y necesitamos más industria. Como Alemania.
Decisiones cortoplacistas
P. ¿Sois entonces de los pocos en España a los que os cae bien Alemania?
R. [Risas] No es que caiga bien, son más sanos. Hay que reconocer que las crisis les pasan por arriba y por abajo y no ponen en duda ninguno de los sistemas ni de seguridad social, ni la educación. Y no están en danza esos sistemas porque hay quien los soporte. Lo triste es tener que poner en danza todo porque hay quien piense que todos podemos vivir de hacer camas en un hotel o de estar en Cádiz jugando en un campo de golf. La pena es que esto haya que aprenderlo a base de palos.
P. Entonces, ¿cómo se consigue atraer a más industria?
R. Nuestra principal acción como asociación es convencer a las administraciones para que faciliten todos los trámites porque necesitamos más industria. Hay gente en la administración autonómica que piensa que aquí podemos vivir del turismo y los hoteles, que hacen falta como la agricultura. Pero hacen falta muchas patas para que el banco no se caiga, entre ellas la industrial. Y en nuestras industrias, el 95 por ciento de nuestros trabajadores son fijos. Además, el coste medio de nuestros trabajadores es de más de 40.000 euros. Y toda esta gente bien preparada, genera I+D: a la gente lista no se la tiene para que esté parada. ¿Cómo atraer al inversor? Por la rentabilidad de la inversión que haga en el largo plazo. Y las decisiones a corto plazo, como los vaivenes en la regulación energética, son chinas en el camino para atraer inversión, generan intranquilidad y ante los meneos a la legislación se paran proyectos. La energía es hasta el 90 por ciento de los costes variables de nuestras empresas. Y por eso la optimización energética genera muchos proyectos de inversión: de media, en mejoras productivas, se han invertido 300 millones por las empresas de AIQBE en la última década.
P. ¿Cómo es la relación con las administraciones local y regional?
R. Con la administración autonómica, pues hay un sector muy cercano al nuestro, que es el minero, que se está empezando a mover y eso es bueno. Porque los precios de los metales son históricos y se están desprovechando proyectos de inversión. Yo lo que pido es que no se demoren los expedientes. Hay que trabajar, y eso en la administración singifica hacer las cosas bien y rápido, sin dejar agotar los plazos. No poner impediementos que ahuyentan inversiones. A nivel local hay una dicotomía. Palos de la Frontera es un municipio declarado de la fresa y la industria, uno de los escasos municipios españoles con superávit, porque nosotros generamos muchas tasas y riqueza y ellos han podido por ejemplo recuperar el cheque bebé. En Huelva, pues hay quizá más presión ciudadana, de algún reducto, pero que se está quedando sin razones porque la realidad es muy cabezona y tenemos un 36 por ciento de paro. Y necesitamos más industria para acabar con él. Con las playas y los hoteles, que siguen siendo los mismos que antes de la crisis, no acabamos con el desempleo.
P. Has comentado tras tu nombramiento que el volumen de la producción ha crecido en 2012 en el conjunto de esta industria...
R. Son cifras extraídas del crecimiento de los movimientos del puerto de Huelva, que si ha crecido un 7 por ciento hasta más de 28 millones de toneladas, ha sido por la industria, ya que la agricultura no explica por sí sola ese alza.
P. ¿Qué retos concretos te planteas en tus dos años de mandato al frente de AIQBE?
R. Lo fundamental es que, con el ajuste de beneficios que estamos teniendo todos aunque mantenemos la actividad, consigamos mantener todas las plantas en marcha. Si viene algún otro proyectos de fuera, pues hacer todo lo posible por apoyarlo. Las otras dos patas son, primero, las relaciones con la administración. Y ahí, en todas las legislaciones que salgan, queremos trasladar el debate que ya existe a escala europea de que al famoso 20-20-20 se le añada un cuarto 20: que haya un 20 por ciento de industria en cada país porque, sino, no van a sobrevivir. Tenemos que ayudar a decir que Europa necesita industria para mantener la salubridad económica. Y, en este sentido, convencer de que es mejor tener la industria aquí, con los mejores mecanismos de control, que a 20 kilómetros sin ninguno de ellos. Y, en tercer lugar, acercarnos a la población, en lo que se ha avanzado mucho pero en lo que nunca se termina.