Que tus palabras mejoren tu silencio
A la mayoría de los ciudadanos nos está sorprendiendo mucho el silencio de los jueces ante el caso del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial. Carlos Dívar sigue sin pedir disculpas ni ofrecer las explicaciones suficientes por sus veinte viajes a un lujoso hotel de Puerto Banús, parte de los cuales fueron pagados con dinero público.
Según ha dicho, no se plantea dimitir porque no ha cometido "ninguna irregularidad moral, jurídica o política". Me gustaría creer que, en un momento dado, esta historia puede dar un vuelco como ocurrió con otros jueces de Marbella, que acabaron purgando sus errores ante los tribunales.
Costará que los jueces hablen, pero, como dice un proverbio chino, cuando lo hagan que sus palabras sean mejores que el silencio
Igualmente sorprende la postura de la Fiscalía General del Estado. Nadie se explica por qué ha archivado la investigación sin realizar las principales comprobaciones sobre el destino dado al dinero público gastado.
Por otra parte, en Andalucía algunos empresarios no quieren hablar por miedo a que se les vincule con expedientes de regulación de empleo (ERE) sospechosos. Otros tienen temor a Hacienda y a la Seguridad Social. Hay un tercer grupo que sencillamente no quiere dar explicaciones sobre sus negocios.
Ven enemigos por todas partes. Es cierto que la mayoría está haciendo las cosas bien, pese a la crisis. Hombres y mujeres que son buenos modelos a seguir.
Los medios de comunicación tenemos la responsabilidad de construir, animar y fortalecer las estructuras sociales. Pero las cosas no son siempre como parecen. Hoy, a mucha gente le da pavor ver los informativos de televisión porque le entra el pánico ante la permanente sucesión de malas noticias.
Últimamente, la programación no merece mucho la pena, pero no poder verla por pánico es demasiado, aunque no estaría nada mal olvidarnos un poco de la prima de riesgo o del rescate de la banca.