Andalucía

Hibridación de tecnologías para la salud del futuro



    La tecnología permitirá superar la encrucijada de la atención sanitaria en la actual coyuntura pero cada día es más necesaria la convergencia tecnológica.

    Asistimos en los últimos tiempos a un estado de opinión en el que no parece fácil garantizar una salud de alta calidad a disposición de todos, que integre los últimos avances científicos y a un coste asumible por los sistemas de salud, por la industria y por las personas como consumidores finales.

    El progreso de la atención sanitaria y el desarrollo de nuevos medicamentos han contribuido a mejorar el estatus sanitario de los países de la OCDE en las últimas décadas, pero, al mismo tiempo, la pirámide poblacional se ha invertido, mostrando un veloz envejecimiento. Como consecuencia, el gasto en atención sanitaria ha aumentado, llegando a consumir una parte cada vez más amplia de la renta nacional. En la OCDE, ya supone un 8,8% del PIB, cuatro puntos más que hace una década.

    Los factores de riesgo para la salud también se han transformando: el consumo de tabaco y alcohol, hábitos alimentarios inadecuados y un estilo de vida más sedentario contribuyen a un aumento de la morbilidad y a la prevalencia de enfermedades de alta incidencia.

    Por otro lado, también se percibe un aumento del interés por prevenir, detectar y minimizar los efectos desfavorables del medio ambiente sobre la salud. Se temen los efectos patológicos de las sustancias químicas (en agua, alimentos, productos cosméticos, etc), a través de la radiación y algunos agentes biológicos, y del medio físico, en la vivienda, por el desarrollo urbano, el uso del terreno y el transporte. Todos estos aspectos deben ser integrados dentro de un concepto global de lo que en el futuro se entenderá como cuidado de la salud.

    Los avances tecnológicos han sido históricamente una de las claves para aportar soluciones en este tipo de encrucijadas. Es cierto que es un hándicap el coste asociado a las nuevas terapias, productos y dispositivos para la salud, y a los nuevos conceptos de práctica médica (tales como la medicina personalizada basada en perfiles genéticos, la medicina regenerativa basada en células madre o los sistemas de cirugía de nueva generación), pero estos avances están proporcionando herramientas de prevención de enfermedades que rentabilizaran la inversión inicial. La prevención reducirá la incidencia de las enfermedades y los nuevos productos y modelos de práctica médica aumentarán el porcentaje de éxito en los tratamientos, minimizando los efectos secundarios, acortando la enfermedad y disminuyendo las patologías crónicas.

    La consecución de los objetivos ambiciosos que supone una salud de alta calidad para todos en la sociedad del futuro requiere todavía de un paso cualitativo más, que implicará convergencia tecnológica e hibridación multisectorial a nivel industrial. Los expertos consideran que asistimos a una nueva revolución industrial basada no ya en tecnologías emergentes individuales, sino en una convergencia e integración interdisciplinar sin precedentes entre las áreas que actúan como motor de la innovación (biotecnologías, nanotecnologías, tecnologías de la información y las comunicaciones y neurociencias). Es fundamental realizar un esfuerzo de prospectiva, ya que los resultados de la hibridación tecnológica pueden acelerar el ritmo y multiplicar el potencial de innovación tecnológico de forma exponencial.