La Torre Cajasol elevará un 40% la superficie vacía de oficinas en Sevilla
El espacio libre se ha cuadruplicado desde 2007, cuando se inició la obra
La presentación esta semana del informe anual de referencia sobre el mercado inmobiliario de Sevilla ha vuelto a poner de manifiesto el sinsentido económico que supone la construcción de la torre Cajasol no sólo para una entidad rescatada por el Frob, como lo es su promotor Banca Cívica, sino para el conjunto de la economía de Sevilla. La consultora inmobiliaria Inerzia cifra, a cierre de 2011, en 276.000 metros cuadrados el volumen de espacio vacío en oficinas en Sevilla y su área metropolitana. Sólo en el año pasado 54.000 metros cuadrados se añadieron a este volumen de oficinas sin uso como consecuencia de la crisis económica.
Este aumento es el segundo más abultado de los últimos cinco años y coloca a Sevilla como la tercera ciudad española con más espacio libre, por delante de Valencia. Además, atendiendo al ratio de metros vacíos por habitante, supera incluso a Barcelona, que según Aguirre Newman tiene 800.000 metros cuadrados libres -es decir, 0,5 metros por habitante-. Sevilla acumula ya 0,56 metros por habitante.
En esta pésima situación del mercado de oficinas en Sevilla entrará como elefante en cacharrería el mastodonte de 43 plantas de Cajasol, con 103.000 metros cuadrados más. Una edificabilidad, además, conseguida utilizando subterfugios irregulares amparados por el anterior consistorio municipal y que siguen denunciados en los juzgados por las plataformas cívicas contrarias a la torre. Esa edificabilidad, caso de terminarse completamente la torre en 2013 como está previsto tras seis años de obras, aumentaría el volumen de espacio libre un 40 por ciento. Y todo ello comparando con la cifra de cierre de 2011, cifra que aumentará a buen seguro durante el presente ejercicio ya que la propia firma Inerzia vaticina que el sector seguirá deprimido y que sólo a final de año empezará, quizá, a experimentar una mejoría.
Sin inquilinos a la vista
La evolución del mercado de oficinas en la capital andaluza y su área de influencia no ha hecho más que empeorar justo desde que se puso la primer piedra del mastodonte de Cajasol en 2007. Ese año había 68.570 metros vacíos, cifra que se ha cuadruplicado hasta los 276.821 de cierre de 2011.
Además, Cajasol sigue sin tener compromiso alguno de instalación de ningún inquilino en el rascacielos. El hipotético traslado de sus servicios centrales, muy mermados tras los cientos de despidos consecuencia de su integración en Banca Cívica y que mermarán más tras su integración en La Caixa, que tiene una estructura muy ajustada ya en Sevilla, no garantizan apenas ocupación. Tampoco el convenio- trampa que el anterior alcalde socialista y el presidente de Cajasol, Antonio Pulido, firmaron dos días antes de las elecciones municipales del 22 de mayo pasado para que la Gerencia de Urbanismo de la ciudad y la empresa de la vivienda local Emvisesa se mudaran a la torre, ha acabado fructificando, ante la manifiesta ilegalidad del acuerdo.
La atribulada situación del mercado de oficinas de Sevilla ha provocado, en último término, que el precio del metro haya caído un 25 por ciento desde 2007, lo que hará aún más difícil rentabilizar el gasto de más de 350 millones en la construcción de la macrotorre.