Arranca la semana con nuevas pérdidas para un Ibex que ha caído de los 10.000 a los 8.000 puntos en sólo cinco sesiones.
Situación de corto plazo:
Sigue el mercado español negociando con intensidad, lo que apoya la direccionalidad de la caída en curso. Con todo, la de ayer fue la sesión de menos volumen de las últimas cuatro, y, por supuesto, la de menor negocio de las tres velas consecutivas de tipo martillo que ha desplegado el indicador gracias a un sistemático cierre alejado de los mínimos de la sesión gracias al buen tono que durante las primeras horas de negocio viene mostrando Wall Street después de todo.
Si las anteriores velas martillo no detuvieron la caída no tiene porque hacerlo esta, aunque la presencia de soporte decreciente por debajo de los 8.000 puntos permite pensar en que pueda ser una vela un poco más sólida que las dos anteriores, cuya pérdida rápida e implacable sólo señala la gran debilidad en la que se encuentra el mercado en su tendencia de fondo.
Por supuesto que habrá rebote en algún momento, y que muchos harán dinero con él. Pero la mayoría de los que lo hagan no conseguirán sino recuperar una pequeña parte del que vienen entregando al mercado sistemáticamente cada vez que buscan el suelo. Nadie sabe dónde está el suelo hasta que aparece, y pocas veces se dan las circunstancias óptimas técnicamente hablando para buscarlo para que el riesgo merezca la pena. Nosotros, de momento, no las hemos localizado.
Situación tendencial:
Bajista sin posibilidad de discusión en estrechos rangos. La posibilidad de un rebote crece a medida que se incrementan los descensos, pero también con ello se deteriora el aspecto de medio/largo plazo del mercado tal y como ha sucedido con la pérdida de la banda 0,618/0,66 - ya previamente vulnerada por el conjunto de la renta variable occidental -; unas circunstancias que nos obliga a poner la vista en los 7.600 puntos.