Después de nueve semanas consecutivas cayendo finalmente llega el rebote en la renta variable. Esto no debe sorprender. Ya les señalábamos la semana pasada que existe una técnica oriental que consiste en contabilizar las sesiones de registro y ésta ya advertía de que las caídas podían estar cerca de encontrar un suelo, cuando menos temporal.
La teoría avisa de que a partir de ocho registros bajistas aumentan mucho las posibilidades de asistir a una reacción al alza y, por tanto, hay que dar más relevancia si aparece alguna pauta alcista, como ha sido el caso, después de nueve. La vuelta semanal que se confirmó el viernes en muchos índices no debe pasar desapercibida ya que podría provocar que en próximas semanas se asista a una fase de ajuste de parte de las últimas y fuertes caídas.
A diferencia de marzo, donde considerábamos la hipótesis analítica de que un rebote pudiera derivar en una reanudación de la tendencia alcista de los últimos años, esta vez todo apunta a que un eventual rebote va a ser altamente vulnerable, sin perjuicio de que pueda ser igual o más importante que el de marzo.
De momento, como suele suceder en estos casos, donde las caídas han sido verticales, la reacción alcista se está formando en uve y cuando uno se da cuenta de que el rebote puede ir en serio los precios se encuentran muy alejados del origen del mismo, que al fin y al cabo es donde se debería situar la referencia de stop que ayude a preservar y proteger nuestro capital.
¿Qué podemos hacer ahora, si queremos aprovechar este rebote? No queda otra que esperar a que en próximas fechas se asista a una corrección del tramo alcista de los últimos días, algo que probablemente pase antes de lo que se esperan y será ahí cuando podrán entrar. ¿Qué hago si sigue subiendo en vertical? Pues deséenle buen viaje y piensen que cuanto más rápido suba más pronto tendrán la oportunidad de abrir cortos y poder aprovechar así una probable continuidad en la tendencia bajista de medio plazo, que parece ya instalada en los mercados internacionales.