Los bajistas meten el resto del cuerpo haciendo realidad los malos presagios a pesar de las opiniones abrumadoramente optimistas expresadas por los analistas en los últimos días.
El Ibex, que ya había apuntado a la baja el lunes con Wall Street cerrada, ayer se vino abajo claramente: bajó el 1,81% y perdió de nuevo los 11.200 puntos; cerró en 11.165,6. Y bastante bien se comportó, viendo lo ocurrido en el resto de Europa: el EuroStoxx perdió el 2,41%.
Esta recaída parece confirmar la idea de que los mínimos de mayo -en la zona de 10.900 puntos- van a ser probados de nuevo tras el rebote de los últimos días. Esta prueba será decisiva para la evolución del mercado en lo que queda de año: si se pierden, la corrección puede ser mucho más importante de lo que nadie piensa.
La prueba de los mínimos podría llegar hoy mismo, después de la fuerte caída de Wall Street al cierre. El día traerá datos como el paro en Alemania, y el clima empresarial y el IPC en la zona euro, que se antoja muy relevante después de que el crecimiento de la masa monetaria dejara ayer sentenciada una subida de tipos en junio por parte del BCE. En EEUU conoceremos el índice de gerentes de compra de Chicago, pero el plato fuerte llegará tras el cierre europeo: la publicación de las actas de la última reunión de la Fed, la que desencadenó el hundimiento de los mercados.
Ayer, el descalabro fue generalizado en el Ibex, hasta el punto de que sólo tres valores se salvaron: Arcelor, que subió el 0,12% en medio de la batalla por el control de la empresa, e Iberia y TPI, que repitieron; la primera anunció un duro ajuste laboral y la segunda tiene el colchón de la OPA de Yell.
En el otro extremo, Sacyr se desplomó el 4,25%. Repsol volvió a las andadas tras su efímera recuperación con un batacazo del 2,86%. Ferrovial se dejó el 2,4% a pesar de la buena acogida por los analistas de la subida del precio ofrecido por la británica BAA. Los bancos se sumaron al desastre, con caídas del 2,56% para Santander, del 2,24% para Popular y del 1,86% para BBVA.
Telefónica recayó el 1,19% después de la fuerte subida posterior a la conferencia de inversores de la semana pasada. Las eléctricas y constructoras bajaron menos, aunque todas por encima del 1%. Fuera del Ibex, el protagonista fue Mapfre, que subió el 0,98% tras anunciar una reorganización de su estructura por la que dejará de ser mutualidad y todo su negocio se integrará en la corporación cotizada.