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Un 40% de los estudiantes no supera la prueba para ser docente en Cataluña
- La región catalana es la única en España en realizar esta prueba
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Madrid,
Cuatro de cada diez estudiantes de bachillerato que quieren hacer una carrera de educación infantil o primaria no lo pueden conseguir porque no superan las PAP, un requisito obligatorio para estudiar estos grados. En total, este año se han presentado 4.271 personas, un 32% más que el año pasado. En términos absolutos, hay más aprobados (el año pasado pasaron la prueba 1.914 personas y este año 2.546), pero en porcentaje el número de aptos varía unas décimas: del 59,1% en 2018 al 59,6% este año.
El Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC) atribuye este aumento de las solicitudes al cambio en el calendario, ya que este año se ha hecho antes de las pruebas de acceso a la universidad (EBAU). De esta forma se ha mostrado el secretario general del CIC, Lluís Baulenas, que ha afirmado que "el avance de la prueba ha favorecido que se hayan presentado más estudiantes interesados en acceder a los grados de educación".
Este es el tercer año que estas pruebas son obligatorias. La tasas de suspensos alcanza el 40%, una cifra que se encuentra muy por debajo de los resultados del primer año, en el que suspendió el 29% de los presentados. Para poder alcanzar el apto en esta prueba es necesario obtener una media aritmética igual o superior a cinco sobre diez. Para poder hacer la media, es necesario que las dos pruebas, una de lengua y la otra de competencia lógica, deben tenr una calificación igual o superior a cuatro.
Requisito actual
Hasta el año 2013 los requisitos para estudiar la carrera de magisterio infantil o primaria era conseguir un 6 a las universidades públicas y los estudiantes que no conseguían la nota de corte necesaria podían acudir a alguna universidad privada. Sin embargo, a partir de 2013 se empezaron a poner en marcha medidas para transformar profundamente estos grados con el objetivo de prestigiar la profesión. De esta forma, los requisitos para entrar en la docencia fueron pilotados por el programa MIF, que impulsaron el Gobierno y las universidades.
La primera medida llevada a cabo fue exigir a los nuevos matriculados una nota mínima de 4 a catalán y castellano en la selectividad y una media de 5 entre las dos materias. Uno de cada diez aspirantes quedó fuera. La segunda medida se implantó en 2018: los estudiantes deberían superar también la PAP. Se trata de dos pruebas, una que evalúa la competencia comunicativa y el razonamiento crítico, y la otra la competencia lógica y matemática. Cataluña es la única comunidad del Estado que hace estas pruebas.