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El 11% de estudiantes Erasmus gasta menos en España que en su país de origen

  • La matrícula universitaria en España es de las más caras de Europa

Eva Ramírez
Madrid,

España es líder europeo en recepción de estudiantes Erasmus desde el año 2001. Los universitarios que deciden vivir esta experiencia internacional escogen nuestro país como anfitrión, por delante de Alemania, Reino Unido, Francia e Italia. La última cifra oficial de alumnos que cursaron su Erasmus en España ascendió a 42.537 para la convocatoria de 2014, según datos del entonces Ministerio de Educación y Deporte (MECD). Aprender un idioma, visitar nuevos lugares y conocer gente de todo el mundo son algunas de las razones por las que el 81 por ciento de los jóvenes desearía vivir en el extranjero, según la encuesta anual Global Shapers.

Repercusión en el PIB

El pasado abril, el secretario de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades de entonces, Marcial Marín, anunciaba que el presupuesto destinado para el Programa Erasmus+ en 2018 sería de 206,7 millones de euros, destacando además un crecimiento de 28,5 millones respecto a la inversión de 2017, que fue de 178,2 millones. Los estudiantes Erasmus que recibe España aportan más de 240 millones de euros a la economía nacional, una balanza que se inclina favorablemente hacia el beneficio, si comparamos ambas cifras. Sin olvidar su aportación al turismo, actividad que aportó 172.900 millones de euros a la economía española en 2017, según datos del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), lo que supone un 14,9 por ciento del PIB.

Y es que, cuando un estudiante internacional decide pasar una temporada en España, tiene que hacer frente a gastos de vivienda, comida, material escolar y transporte, además de salidas nocturnas y culturales, y todo ello repercute en la economía española. Según Universia, el 29 por ciento de los Erasmus gastará durante su es-tancia en España, de media, entre 3.000 y 4.000 euros. Aunque hay otros estudiantes que estiman un gasto superior, que puede llegar a sobrepasar los 7.000 euros.

Se entiende que la beca Erasmus cubre parte de los gastos. En el caso de España, está establecida en un máximo de 300 euros mensuales para el curso 2018/2019, cantidad que parece no cubrir ni el alojamiento, ya que según datos recientes de Uniplaces, el alquiler de una habitación en Madrid y en Barcelona está en unos 400 euros mensuales. La cesta de la compra y el transporte son otros de los desmbolsos más importantes. El gasto me-dio mensual de la compra en España está en 280 euros (el mínimo son 150 euros y el máximo 450 euros) y el precio del billete sencillo de metro es de 1,5 euros como mínimo.

En el caso de la matrícula universitaria en España, resulta que es de las más caras de Europa, ya que puede ir desde los 600 euros hasta los 2.000 euros dependiendo del tipo de grado y siempre hablando de centros de enseñanza públicos. Si comparamos con otros países europeos, el gasto es considerablemente superior, ya que en Alemania las matrículas parten de los 100 euros y en Francia van desde los 100 euros hasta los 500 euros.

Precisamente los es-tudiantes alemanes y franceses son las nacionalidades que más vienen a España a pasar su Erasmus, junto a los italianos, británicos y holandeses. De ellos, un 25 por cien- to reconoce que su estancia en nuestro país no les supone un gasto mayor que en su país de origen. Incluso un 11 por ciento afirma que necesitan un presupuesto menor, ya que en su país natal el coste de vida es mayor.

Repercusión en el PIB

Para analizar las diferencias económicas entre España y los países de origen de los alumnos internacionales, tomemos como muestra el precio de la hamburguesa Big Mac en cada región (al ser un producto homogéneo en todos los territorios es un buen indicador para comparar el coste de vida de los mismos según el precio al que se venda). En España, el precio es de 3,95 euros. Tanto en Francia como en Italia y en Alemania supera los 4 euros. Solo en Países Bajos y en Reino Unido el precio es inferior.

Vamos a tomar ahora como referencia otro de los bienes más consumidos por estudiantes Erasmus: la cerveza. En España ronda los 3 euros. En el resto de países es superior, incluso llegando a costar el doble en el caso de Francia. Si cogemos un índice económico más sólido, que además es también un indicador de bienestar social y el reflejo de la riqueza de un país y su rendimiento laboral, el PIB per cápita, vemos cómo en España es de 25.100 euros, una cantidad inferior a la del resto. Países Bajos se lleva la palma, con 43.000 euros (la media de la Unión Europea es de casi 30.000 euros). Y, si hablamos de salarios, España es también el país con menores ingresos, con una media de 1.639 euros mensuales, frente a los 2.729 de Países Bajos.

Así, vemos que en España, el nivel de renta y los salarios son más bajos que en los países de origen de los estudiantes, algo que en principio sería una razón negativa para escoger destino. Sin embargo, ello hace que el coste de vida también sea más bajo, lo que sería un factor atractivo para los alumnos, ya que al 79 por ciento de los Erasmus le gustaría quedarse en España y trabajar en una de sus empresas al finalizar su beca –Inditex, Iberia y Mercadona son las compañías más reconocidas por ellos–.

Además de la alta calidad de vida y de las universidades (la de Granada es la que más estudiantes Erasmus recibe), razones como la amplia oferta de vida nocturna y cultural, el buen tiempo y paisajes con playa (Valencia está entre las ciudades preferidas para la estancia), además del deseo de aprender español (que ya es la segunda lengua por número de hablantes con más de 500 millones), parecen ser los factores que impulsan a nuestro país a ocupar el liderazgo en cuanto a alojar estudiantes internacionales.