Pymes y Emprendedores

Una diseñadora española viste a los 'Rockefeller'

    Siona García, a la derecha, junto a una de sus modelos. <i>Foto: eE</i>


    Los vestidos de Siona García se venden en EEUU, Rusia, Japón, Dubai y Arabia Saudí, entre otros países del mundo

    Siona García es psicóloga pero con alma de artista, tiene esa doble faceta. Por un lado, es la creadora indiscutible de la alta costura en España, donde muchos la consideran una "niña mimada" según sus propias palabras, aunque lo cierto es que su éxito sólo viene determinado por más de dos décadas de tenacidad y empeño.

    Se vende en todo el mundo

    Por otro, es una empresaria que ha conseguido sacar adelante su propio negocio sin tener que prostituir su producto. Actualmente sus vestidos de fiesta, noche, cóctel y ceremonia, se venden en Moscú, Tokio, Dubai, Kuwait o Arabia Saudita.

    Además, en su última aventura estadounidense ha conseguido convertirse en el eje central de la nueva campaña de Kleinfeld Bridal, la empresa líder de los Estados Unidos en la venta de diseños de novia y ceremonia.

    A la llegada al centro de operaciones de Kleinfeld Bridal en Manhattan, una tienda con más de 10.000 metros cuadrados situada en la calle 21 entre las Avenidas Sexta y Séptima, un importante grupo de féminas no pueden dejar de suspirar por estos vestidos.

    Vestidos de 12.000 dólares

    Más que un traje, sus diseños podrían considerarse una joya. En esta ocasión el vestido al que la diseñadora no pone nombre, cuesta alrededor de 12.000 dólares y como en todo el resto de los lienzos de su colección han sido necesarias más de 700 horas y la intervención de casi 32 artesanos para otorgar un resultado impecable al producto final.

    "En realidad yo tengo poco mérito porque sólo soy el último eslabón en una cadena de artistas que me permiten dar vida a mis creaciones" asegura. Ésta no es su primera visita a la Gran Manzana ya que hace exactamente seis años esta canaria decidió hacer las Américas, una aventura que no resultó nada fácil. "Es un país con más de 200 millones de personas y, en algunos aspectos, todavía puede considerarse algo proteccionista. Llegar allí sin un canal de distribución es mucho más difícil de lo que podría el mercado europeo", explica Siona, que heredó sus cualidades de modista y diseñadora de sus progenitores.

    Piezas únicas

    La diseñadora, cuyas creaciones han sido reconocidas como únicas por las principales casas de tejidos, pedrerías y costuras -como Malhia Kent, Solstiss o Jakob Schlaepfer- ha sabido construir un puente que ha hecho más accesible la alta costura al resto de los mortales.

    Tuvo la suerte de que Mara Urshel, presidenta y dueña de Kleinfeld, quedase prendada de sus vestidos en Barcelona hace unos años, donde confesó a sus más allegados que había conocido "la colección de su vida".

    Ese encandilamiento se tradujo tiempo más tarde en la compra de algunos diseños para, posteriormente, culminar con la adquisición en exclusiva de toda la colección de Siona y dar pie, incluso, a un nuevo proyecto en el que la modista se convertirá en la protagonista de la nueva campaña de la prestigiosa empresa neoyorquina de cara a la temporada 2007.

    El trabajo de un año

    Para crear una colección necesita un año de trabajo. Durante los primeros meses, la mayor parte del tiempo la diseñadora vive en París, donde investiga con nuevos tejidos, mezclando las texturas tradicionales con elementos metálicos y buscando inspiración en museos y centros de arte.

    "Apenas sigo las tendencias ni ojeo revistas de moda. Desde mi punto de vista la gente sigue demasiadas modas y se ha perdido el sentido del vestir como parte cultural de cada país", explica Siona. El segundo paso es el más solitario: se refugia en las montañas de Gran Canaria para aislarse y no "contaminarse" de fama, "algo que se agradece pero en su justa medida".

    Al final de este proceso, la nueva oleada de exclusivos vestidos nacen no sólo de manos de su progenitora sino también de un amplísimo equipo. Toda una obra de arte que ya está disponible.