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Éste será tu verano en el que dejarás de fumar



    Nunca es tarde si el fin es bueno. Queremos ayudarte a que dejes el tabaco definitivamente y que este sea el verano en el que empezó tu nueva y saludable vida.

    "Lo más importante para dejar de fumar es entender que el tabaco no ayuda a nada, si no que es la causa del malestar. El cuerpo reacciona con nervios ante la falta de nicotina y fumando sentimos alivio y lo asociamos al bienestar". Señala Miguel de la Peña, director médico de Manclinic.

    ¿Eres de los que no resiste ni a la primera semana? ¿En cuanto vas a una boda y te ofrecen un pitillo, recaes?

    Estos son los casos más comunes de recaída:

    - En los tres primeros meses. Duermes mal, estás irritable, te cuesta concentrarte y sólo piensas en fumar. No has superado el síndrome físico de abstinencia, que dura entre 8 y 12 semanas o, en otras palabras, no soportas el "mono" que sufre tu cuerpo cuando desciende el nivel de nicotina.

    - En una reunión social. Te vas de cena o de copas con los amigos y piensas: por uno no pasa nada. Las personas tendemos a seguir al grupo, somos gregarios y si nuestra personalidad no es muy fuerte nos dejamos llevar por lo que hacen los demás.

    - En momentos de tensión. Presión en el trabajo, problemas familiares, de pareja...

    - El cigarrito después de comer. ¿Por qué sabe tan bien? Al comer y beber el nivel de nicotina en el cuerpo disminuye y el cuerpo recibe con mayor gusto su dosis. Lo mismo ocurre con el primero del día. ¿Cómo superarlo? Levántate en cuanto termines de comer, lávate los dientes y opta por algo que te distraiga, por ejemplo, un paseo.

    Hay que desmontar la idea de que el tabaco relaja, da placer o ayuda a concentrarse.

    ¿Qué opciones tienes?

    - Terapias de sustitución de la nicotina (TSN) que ayudan a pasar la fase de dependencia física, esos dos o tres primeros e insoportables meses. Con estos métodos, el cuerpo sigue recibiendo nicotina por otra vía distinta a la del cigarrillo en cantidad suficiente para disminuir la abstinencia, pero insuficiente para causar dependencia. No precisan receta, pero es bueno seguir las indicaciones del especialista.

    . Parches. Se pegan a la piel y van liberando nicotina. Los hay de dos tipos: de 16 horas (sólo para usar despierto) o 24 horas seguidas.

    . Chicles. Para utilizarlos esporádicamente, alivian los síntomas a los 5 ó 10 minutos de tenerlos en la boca. Pero puede crear dependencia.

    . Spray nasal. La ventaja de aspirar por la nariz la nicotina es su efecto rápido, pero resulta algo agresivo, ya que suele producir irritación nasal y de garganta, lagrimeo o tos.

    . Bupropión. Cuando se comenzó a usar este fármaco antidepresivo en trastornos psicológicos, los pacientes vieron que, sorprendentemente, a la semana de tomar los comprimidos se les quitaban las ganas de fumar. Sin ansiedad, sin comer más ni síntomas de abstinencia. Parece milagroso, pero cuidado: es el médico el que debe controlar las dosis y recetarlo. Y se recomienda sólo a grandes fumadores o a los que han fracasado en numerosos intentos. Aunque es un fármaco seguro, está desaconsejado en algunas personas y puede tener efectos secundarios, como sequedad de boca o insomnio.