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La princesa Letizia: errores y aciertos en diez años en la Familia Real

    El día de la presentación de Letizia Ortiz a la sociedad española.


    Los príncipes de Asturias cumplen la próxima semana diez años de matrimonio, y lo hacen rodeados de algunos rumores de bache, surgidos principalmente desde el último verano y el comportamiento a veces esquivo de la experiodista.

    Letizia Ortiz Rocasolano ha cometido muchos errores pero también aciertos en los últimos diez años, que han sido resumidos por los periodistas de prestigio especializados en información monárquica Jaime Peñafiel y Carmen Rigalt para el diario El Mundo. 

    Comenzando por los errores, el primero y el que más alarmó a la opinión pública, por simbólico, sucedió el día de la presentación en el palacio de El Pardo. Frente a cientos de flashes y periodistas, es ya mítico el "déjame terminar" que espetó la expresentadora de los informativos de La1 a un Don Felipe muy enamorado.

    Aunque el enlace fue anunciado con anterioridad a los atentados del 11M, tras el acto terrorista que convulsionó al país, "la fecha debería haberse aplazado", asegura Peñafiel.

    El viaje de novios previo a la boda realizado por los Príncipes acabó con otra anécdota que demostró el genio de la princesa: perdió los nervios cuando una agente fronteriza americana le registró el bolso de mano.

    Otro de sus errores fue la gestión de la relación con sus cuñadas, las infantas Elena y Cristina, con las que no se tomó el tiempo suficiente para adaptarse a ellas.

    Demasiado pronto llegaron los retoques de estética a los que se sometió Letizia. La operación de nariz, el primero, aduciendo problemas de respiración. A esto han seguido innumerables retoques y tratamientos que han dado rienda suelta a su obsesión por la imagen.

    La otra gran obsesión de la princesa de Asturias, que la ha llevado a actuar de modo cuestionable por la posición de ocupa, es su privacidad y la de sus hijas. Debido a esto, ha protagonizado algunos incidentes sonados, como con un fotógrafo en la Cabalgata de Reyes de este año que retrataba a sus hijas, o con una señora en el club de Puerta del Hierro, a la que sus escoltas obligaron a borrar las fotos que había hecho de la familia.

    Rompiendo los protocolos

    La princesa también es celosa de su espacio privado y lo ha reclamado en innumerables ocasiones. Suele realizar viajes acompañada únicamente por sus amigas, y ha metido la pata al expresar, el verano pasado, su rechazo al tradicional veraneo en Palma, que molestó mucho a los mallorquines.

    Otra ruptura con el protocolo la protagonizó también el verano pasado, en el acto de jura de bandera de nuevos cadetes, que presidió ataviado de gala el príncipe Felipe, al que asistió con un atuendo que pecó de informal y poco apropiado.

    Los aciertos de Letizia

    En diez años, sin embargo, también ha habido aciertos, como relata Carmen Rigalt. Entre ellos, la naturalidad de Letizia y su honestidad con respecto a sus orígenes. La princesa ha soportado la tentación de la "fascinación pija" de la que han sido víctimas otras mujeres de su edad y procedencia al entrar en vida monárquica.

    La no distinción de la princesa de Asturias entre distintos estamentos sociales y su compromiso con la 'marca España' -que se aprecia en su vestuario y el de sus hijas- son otras de sus virtudes.