Extremadura, un paraíso de agua dulce
Durante el mes de agosto, solemos huir a la playa o a la piscina para mitigar el calor, pero les proponemos descubrir el lado más refrescante de Extremadura.
Una tierra que guarda numerosas sorpresas en un entorno natural marcado por el líquido, pues, aun careciendo por completo de contacto con el mar, es la comunidad autónoma con más kilómetros de costa de agua dulce, un total de 1.500 kilómetros.
Playas de agua dulce
Una playa en plena dehesa extremeña. Superada la sorpresa inicial, el viajero puede dedicarse a disfrutar de la única playa fluvial en España que consigue, desde 2010, una Bandera Azul, el máximo distintivo que concede la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac). Una singularidad que debe a la calidad del agua, la ubicación en un espacio protegido y las infraestructuras disponibles, que ha logrado colocar a Orellana en el mapa de los destinos vacacionales en España. Ubicada en la comarca de La Serena, en Badajoz, la playa ofrece la posibilidad de bañarse entre olas de agua dulce y cuenta con chiringuito, un pequeño puerto deportivo y, por supuesto, socorristas.
Además de Orellana, a sólo 4 kilometros de Mérida, se encuentra también la playa Proserpina, a orillas del embalse que le da nombre y ostenta el honor de ser el más antiguo de España y el más grande del Mediterráneo.
Una propuesta que gana adeptos año tras año es el descenso del río Alagón. Con un recorrido de 18,8 kilómetros que va desde el Puente de la Macarrona en Riolobos hasta la población de Coria, en la provincia de Cáceres, y una duración aproximada de cuatro horas y media, se trata de un evento que busca disfrutar de un día de convivencia realizando un descenso por uno de los tramos del río Alagón. La actividad tiene como fin el poner en valor el entorno y recursos naturales, promocionando el turismo activo y está abierto a todo tipo de embarcaciones sin motor, entre ellas, canoas, piraguas o kayaks.
Más de 60 piscinas naturales
Comenzando por una de las joyas del Valle del Jerte, la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, en la provincia de Cáceres, conocida como los Pilones, debido a las erosiones en las rocas que han generado durante siglos una suerte de bañeras naturales llenas del agua cristalina que baja de la Sierra de Gredos, las propuestas de piscinas naturales, pozas, cascadas, arroyos y gargantas de agua en Extremadura comprenden más de 60 atractivas -y en muchos casos desconocidas- zonas de baño. Algunas escondidas entre montañas y otras abiertas y accesibles desde los pueblos, todas ellas atraen a visitantes que buscan huir del calor con un refrescante chapuzón. La Vera, el Jerte, el Ambroz, Las Hurdes y Gata son las comarcas cacereñas que más de estos rincones atesoran, mientras que en Badajoz se puede disfrutar de ellas en La Siberia, Don Benito, Mérida y en el entorno de la propia capital de la provincia.
Un total de 50.000 hectáreas de espacio protegido, 47 especies de mamíferos y 181 de aves, entre ellas, algunas en peligro de extinción y de difícil avistamiento, como el buitre negro. Son sólo algunas de las imponentes y atractivas cifras que justifican una visita al Parque Natural del Tajo Internacional, un proyecto conjunto de España y Portugal que espera ser reconocido en el futuro como Reserva de la Biosfera. Gastronomía, patrimonio artístico, rutas turísticas y fantásticas vistas que, ahora, pueden ser disfrutadas desde el propio río, a bordo de un crucero fluvial. El barco el Balcon del Tajo ofrece tres itinerarios de entre 22 y 24 kilómetros e incluye excursiones y visitas guiadas.
Barranquismo en el Valle del Jerte
La curiosa formación de grandes pozas, marmitas o pilones de distintos tamaños, creados por las fuerzas erosivas del agua en la dura roca de granito, nos ofrece en el Valle del Jerte un paisaje extraordinario y una zona inmejorable para la práctica de barranquismo o, como se conoce localmente, gargantismo, ya que se desarrolla a través de los saltos de agua y pozas -gargantas- en la zona. Tres de ellas, las Nogaledas, los Hoyos y los Papúos, están equipadas con anclajes, desviadores, posibilidad de pasamanos y rápeles guiados y existen distintas empresas de la zona que ofrecen esta actividad.
Pesca deportiva
Entre los pantanos de Extremadura encontramos también opciones interesantes para los aficionados a la pesca deportiva. Alange, Orellana, García de Sola y Cíjara, en la provincia de Badajoz; o los de Alcántara, y Gabriel y Galán en Cáceres, son quizás los más apreciados y en los que se encuentran especies como el lucio, la carpa, el black bass, o el barbo. Algunos de ellos acogen importantes concursos nacionales de pesca.
El agua de Extremadura ha sido conocida y apreciada desde la antigüedad por sus cualidades mineromedicinales. Así, existen en la región diversos centros termales que, gracias a sus terapias naturales y la realización de tratamientos de distintos tipos, ofrecen mucho más que remedios a determinadas dolencias y se han convertido en auténticos centros de bienestar, lugares donde descansar y disfrutar de la gastronomía, la naturaleza, la historia, la cultura, la arquitectura y la naturaleza. Con aguas declaradas de utilidad pública y elevado valor patrimonial -existen algunos construidos sobre vestigios de época romana y árabe-, los balnearios de Extremadura (Alange, El Raposo, Salugral Termal Resort, Valle del Jerte, Brozas Baños de San Gregorio, Fuentes del Trampal y Baños de Montemayor) son una excelente opción para relajarse y disfrutar cuidándose.
¿Qué tal practicar vela?
Además es posible practicar la vela en tierras extremeñas, donde existen un total de cuatro clubes náuticos, tres de ellos en Cáceres -Tajomar, Lago Gabriel y Galán y Barlovento- y uno en Badajoz, el Guadiana Club Náutico en el embalse de Orellana, donde se ubica también una escuela de vela que organiza numerosas regatas locales, territoriales y nacionales, así como diferentes eventos relacionados con la práctica, promoción y difusión de este deporte. Y para completar la oferta, en el gran lago de Alqueva, que comparten España y Portugal, podemos disfrutar de un safari fotográfico en kayak o, incluso, del descenso en piragua.
En resumen, todo un abanico de posibilidades para hacernos más refrescante y llevadero el mes de agosto.